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En el año 1959, la fusión en Montserrat entre la primera versión de la revista y la publicación Germinàbit dio lugar a la actual Serra d'Or, pionera en la utilización del catalán que supuso un escenario del pensamiento de toda una cultura. Plataforma de escritores, Serra d'Or ha estado durante medio siglo abierta a diferentes posiciones políticas y creencias. El mallorquín Josep Massot i Muntaner, director de Publicacions de l'Abadia de Montserrat, repasa la trayectoria de la publicación que este mes está de aniversario.

-¿Cuál ha sido la importancia de 'Serra d'Or' en estos cincuenta años?

-El interés especial es que durante muchos años fue la única revista con estas características. Por ese motivo, colaboró todo el mundo hasta el 76 ó 77. Después de la muerte de Franco, poco a poco, aparecieron otras revistas y Serra d'Or dejó de ser un caso único.

-Ha habido colaboradores de todos los colores políticos.

-Todas las fuerzas políticas del país estaban representadas en la revista. Cuando dejó de ser la única, bajó el número de suscriptores pero se pudo seguir adelante. En ese momento entré yo. Algunos pensaron que Serra d'Or podía ponerse a favor de un partido. Desde Montserrat queremos que siga siendo una revista donde quepa todo el mundo. Algunos de los que estaban dentro sugirieron que la revista debía terminar porque ya había hecho su función a lo que yo me opuse totalmente.

-¿Cuáles han sido las prioridades de 'Serra d'Or'?

-La finalidad ha sido siempre la misma: unir dos pequeños boletines que ya existían, Serra d'Or de la primera etapa, y Germinàbit. En el 59, Montserrat sufrió una fuerte crisis económica y se tomó la medida de reducir gastos, forzando la fusión de las dos revistas. Empezó la segunda etapa de Serra d'Or. Pasó de ser algo muy local a una revista importante.

-Muchos subscriptores de 'Serra d'Or' coleccionan los números de la revista.

-Esa es otra característica de la revista. Los artículos y las entrevistas, en su mayoría, siguen aún vigentes después de 50 años. Hemos publicado siempre un tipo de artículo sólido que aguanta el paso del tiempo. Por ejemplo, el número que hicimos sobre Menorca fue reeditado por el Ajuntament de Maó con comentarios de menorquines de ahora. Aún es válido.

-Y la revista ha servido para que muchos escritores se abrieran camino.

-Otra cosa importante es el apoyo a los escritores jóvenes con la posibilidad de que publicaran reportajes o estudios. Así sucedió con Carme Riera y Montserrat Roig. Porcel empezó muy joven. Cuando llegó a Barcelona, empezó a escribir artículos para Serra d'Or que irritaron a mucha gente en Mallorca. Moll se enfadó mucho y le recomendamos [A Porcel] que hiciera otras cosas. Le encargamos las entrevistas que acabaron teniendo mucho éxito.

-Las célebres entrevistas de Porcel que crearon escuela...

-Todos hicieron escuela a partir de Baltasar Porcel. Todo el mundo lo imita a su manera. Montserrat Roig también tenía un estilo muy personal, o el actual responsable de la sección de teatro, Jordi Coca.

-¿Que habría hecho si no hubiera sido religioso?

-Montserrat me ha marcado mucho. Seguramente me habría dedicado a la literatura medieval y a estudiar teatro antiguo. Con Montserrat me he ocupado de aspectos contemporáneos. En la Universidad me habría especializado más.

-'Serra d'Or' tiene sus propios premios de la Crítica.

-Al principio los premios salían sólo en la revista, después se empezó a hacer un pequeño acto en la Librería Ona (Barcelona) y posteriormente desembocó en una cena multitudinaria. Estos premios, que no son económicos, provocan mucha alegría a los ganadores.

-Un caso especial fue la entrega de un premio al escritor Miquel Bauçà.

-Las únicas fotos que hay de él son de la cena de los premios. Algunos dudaban que viniera pero yo estaba seguro que acudiría porque éramos amigos de la Universidad. Bauçà llegó antes de empezar la ceremonia, hablamos, me pidió unas fotocopias de unos libros religiosos. Se dejó retratar y recogió el premio.

-La nómina de colaboradores de 'Serra d'Or' es abrumadora.

-Si no estabas en Serra d'Or, es que no eras nadie. Lo mejor de la revista han sido sus colaboradores. Han estado con nosotros las primeras espadas de la cultura desde puntos de vista muy diversos. La revista fue al principio deficitaria. Yo no cobro nada como director para no desequilibrar el presupuesto. El tiraje mensual es de unos 6.000 a 7.000 ejemplares. La mayor parte es para subscriptores.