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MARIANA DÍAZ

Todo lo relacionado con la subasta de obras de Son Galceran, por la que Manolo March consiguió 5.952.510 millones de euros, está alcanzando inexplicables contradicciones a las que ahora se suman las palabras de Bartomeu Llinàs, ayer en el Parlament, para complicar más el asunto. El nuevo conseller de Cultura del Govern respondió a un diputado del PP que, según el Ministerio de Cultura, la «procedencia» [de las piezas subastadas] era de Madrid», por tanto, que la «competencia» sobre las mismas no la detentarían ni el Consell de Mallorca, ni el Govern balear, «sino la Comunidad de Madrid».

Manolo March puso a subasta en Christie's de Londres, los pasados 28 y 29 de octubre, todo el contenido de su finca Son Galceran bajo el título The Manolo March Collection from Son Galceran, por tanto, «difícilmente las obras podrían proceder de Madrid», reflexionaba ayer Biel Cerdà, director insular de Patrimoni. Dentro de los 639 lotes a la venta, había algunos que Patrimoni tenía catalogados dentro de su Inventari General de Béns Mobles como procedentes del Palau March de Palma, por lo que si March las había trasladado a Son Galceran o a algún inmueble de Madrid «debería haberlo comunicado en su día al Consell», según exige la Llei de Patrimoni, cosa que no hizo.

En contra de lo que ayer aseguró Llinàs, algunas de las piezas subastadas y vendidas en Londres tienen un número de registro en el citado inventario. Por ejemplo, un lote de cuatro bustos pertenecían a un conjunto de 118 piezas inventariadas por el Consell con el número de registro A-I-M-16-000000176. También estaban registradas una predela de la Passió (parte de un retablo) con el número A-I-M-01-000006727; una arquimesa, A-I-M-O4-000000195, y una cadiram con el el A-I-M-OA-000000201. A pesar de ello, Llinás dijo ayer que, según le comunicaron del Ministerio de Cultura, «no constaba que ningún bien [las piezas subastadas] fueran de interés cultural o estuviesen inventariadas».