Los estudios previos de inspección y análisis realizados a la tumba de Pere II el Gran parecen corroborar que se trataría de la única tumba real de la Corona catalano-aragonesa de época medieval que no ha sido profanada y que, por lo tanto, «podría aportar datos inéditos del rey».
El departamento de Cultura de la Generalitat, bajo la dirección del Museu d'Història de Catalunya, anunció ayer que restaurará las tumbas reales del Monasterio de Santes Creus (Tarragona), coincidiendo 2010 con el 850 aniversario del monumento.
Las tumbas reales, que datan del XIV, corresponden a los reyes Pere II el Gran, Jaume II y su esposa Blanca d'Anjou, y al almirante Roger de Llúria.
El conseller de Cultura de Catalunya, Joan Manuel Tresserras, confirmó que se procederá a la apertura de la tumba de Pere II el Gran, hijo de Jaume I y Violant d'Hongria, para su restauración y estudio. Si el estado de los restos lo permite, el cuerpo del rey se trasladará al Centro de Restauración de Bienes Muebles de la Generalitat y, en caso contrario, los trabajos se realizarán «in situ».
La corroboración de que se trataría de la única tumba real de la Corona catalano-aragonesa de época medieval se ha constatado tras una analítica de gases y una endoscopia con una pequeña cámara dentro del sepulcro, la cual ha demostrado que, aunque hubo intentos de saqueo, la tumba sigue intacta desde hace más de 700 años.
Las imágenes muestran la presencia de unos restos humanos cubiertos por un tejido y contenidos dentro de una estructura de ataúd, y permiten intuir la presencia de un cráneo y de un posible casco.
El proyecto de restauración prevé la apertura de la tumba, lo que supondrá «una oportunidad única para obtener datos sin precedentes sobre la vida y el físico del rey», como su ADN, sus características físicas, las enfermedades que sufrió, la causa de su muerte o su dieta.
La obtención del perfil genético de Pere II servirá para tratar de demostrar si los restos que hay en el Monasterio de Poblet, en Vimbodí (Tarragona), pertenecen a su padre, Jaume I el Conqueridor, según la coordinadora del proyecto, Marina Miquel. Las dudas sobre la autenticidad de los restos se deben a que los panteones de los reyes de la Corona de Aragón "excepto el de Pere II" fueron saqueados en el XIX, por lo que los huesos de más de cien monarcas se dispersaron y mezclaron.
Se utilizarán nuevas tecnologías para una reconstrucción facial del rey, que fue enterrado en «un sepulcro muy sofisticado», una bañera de pórfido, elaborada probablemente con piedra de Egipto, y de las que sólo quedan once en Europa.
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