Sergio Dalma lleva cantándole a las alegrías y las tristezas del amor dos décadas y trece discos, contando con el que saldrá a finales de marzo. El 6 de mayo presentará en el Auditòrium de Palma este nuevo trabajo, que ha titulado sencillamente 13 para finiquitar rápidamente «el odioso proceso de elegir un título» y dejar claro que no entiende de supersticiones.
-Dicen en su discográfica que en este disco es usted un auténtico 'crooner'. ¿Ahora va de Sinatra?
-Las compañías siempre tienen que poner frases para promocionar... A mí lo que me interesa es interpretar y transmitir sensaciones a la gente. Al pensar en el concepto de crooner, yo siempre lo he asociado a Sinatra, Harry Connick Jr. o Michael Bublé. Es algo a lo que la mayoría llega con la veteranía.
-En '13' apuesta por un sonido más soul, anglosajón.
-En el anterior disco buscábamos un sonido desnudo, en el que predominara más la voz. En este caso, queríamos un sonido más americano. Incluso hemos grabado un par de canciones de la misma forma que se trabajaba en los años cincuenta, al estilo Otis Redding.
-Le gusta recordar que no sólo canta baladas.
-Yo me considero un cantante pop, no un baladista. Siempre he hecho temas más movidos, que suponen el cincuenta por ciento de mis discos, aunque las baladas hayan llegado más. Resultaría terriblemente aburrido cantar sólo temas lentos. En el nuevo álbum el single es más continuista porque no puedes romper con el pasado por lo sano, y cuando la compañía busca un single para promocionar un disco mío, es normal que piense en una balada. Pero hay algunos temas más experimentales.
-A pesar de probar con nuevos sonidos en sus canciones, sigue cantándole al corazón.
-El amor y el desamor son el motor de este mundo. Lo importante es contar historias con las que la gente pueda sentirse identificada.
-Le han calificado de 'romántico empedernido'. ¿Hay algo de cierto?
-Me resulta algo empalagoso. Soy un tío romántico, pero sólo lo justo. Disfruto del romanticismo en el amor, pero también del aroma del café de la mañana o de tomar una copa de cava, que también es muy romántico. Los años te dan perspectiva y entiendes que el amor tiene fecha de caducidad. Es como una copa de vino. Está buenísimo, pero al final se acaba. Le canto al amor, pero no creo en eso de la media naranja, es un concepto totalmente demodé. Observo a mi hijo adolescente y veo que tiene un concepto mucho más adecuado del amor: Disfruta del momento porque todo pasa.
-Usted ha sabido madurar como artista. ¿Se imagina a Madonna aceptando su edad y mostrando sus canas?
-Mi público ha crecido conmigo y me debo a ellos. No quiero ir de 'bollycao' por la vida. Me siento afortunado de estar donde estoy, de todo lo que he conseguido y de ser quien soy. No pretendo ir de algo que no soy.
Sergio Dalma.
6 de mayo. Auditòrium de Palma. 21.00 horas. 32 euros.
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