Gallardo, andaluz de nacimiento que residió durante muchos años en Mallorca, formó parte del Grup Bes, un grupo de artistas que allá por los años setenta del pasado siglo mantuvó una postura de «clara modernización del arte» en la Isla. Entre ellos estaban Àngel Sanmartín, Damià Jaume, Miquel A. Femenias, Baldacci, Ramon Canet y Vicenç Torres. Después, cada uno siguió por distintos derroteros su carrera y la de Gallardo se desarrolló más en soledad que en los metideros artísticos.
Según explicó Corominas, Gallardo fue un verdadero «maestro» del dibujo que supo dotar a sus personajes de un intenso dramatismo cuando, por ejemplo, representa esos seres «tocados por la pobreza» o la soledad.
Otro de sus motivos iconográficos fueron el caballo y el toro. Al primero lo identificaba con la vida y al segundo, con la muerte, y en los dibujos en los que ambos luchan, «al final siempre triunfa la vida», señala la comisaria.
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