«Era obligada esta muestra de respeto y este homenaje que en nombre del Gobierno español, y como titular de Cultura, me parecía imprescindible», afirmó. La ministra, quien participará este fin de semana en los actos de homenaje que se le rindan, en particular el que está previsto el sábado en el Instituto Henri IV de la capital francesa, donde hizo sus estudios al exiliarse en Francia a los 14 años de edad. Al día siguiente, el escritor será inhumado en la localidad de Garentrevilles, a las afueras de París, donde reposan los restos de una de sus esposas.
González-Sinde indicó que en todos esos actos habrá representación del Gobierno español y se mostró convencida de que también estará el ejecutivo galo, porque «es un escritor importante en España y en Francia». Además, recordó que el Consejo de Ministros del viernes próximo tenía previsto concederle la orden de las Artes y las Letras y que el Museo del Prado le entregará una medalla «que se ha entregado muy pocas veces».
Fueron muchos los que ayer recordaron la memoria de Semprún Maura, como el presidente francés, Nicolás Sarkozy, quien resumió así su trayectoria: «Fue uno de los grandes actores de una época trágica pero deslumbrante de la historia intelectual y literaria» de Francia y una «figura tutelar entre los escritores comprometidos del siglo XX, que contribuyó a través de su talento multiforme de novelista, de memorialista, de poeta y también de guionista y dialoguista de películas, a la comprensión de los resortes de los totalitarismos».
Felipe González reveló ayer que Semprún sorprendió al Rey siendo el único de sus ministros que pidió audiencia al monarca para despedirse cuando dejó el ministerio de Cultura, dado su pasado comunista y a pesar de ser republicano. La respuesta de González fue que Semprún era Semprún y además «Maura» y que tenía la idea «casi transmitida genéticamente» de la relación «con la jefatura del Estado y la monarquía».
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