Pequeño es un trabajo salpicado de positivismo y filosofía zen. «Para mí el secreto de un buen álbum es que transmita, hemos restado protagonismo a la guitarra para dárselo al piano». Una fórmula que colisiona con su anterior registro, «si hubiera querido seguir haciendo lo mismo seguiría en ECDL, sería lo más fácil, pero ir por libre está siendo muy positivo y enriquecedor», subraya, evidenciando la ruptura con su pasado más reciente. Y es que los recuerdos son maravillosos si no tienes que afrontar el futuro. «Hay que vivir del presente, miro atrás y veo mi etapa con el grupo con orgullo, pero espero que la mejor esté por llegar», todo un brindis al sol usado como coartada para embarcarse en una aventura que, no sólo sitúa el kilómetro cero en su concepción creativa, sino que le sirve de bálsamo reparador. «Componer las canciones de Pequeño ha sido terapéutico, me ha permitido liberar cosas y atreverme a sacar otras que antes no había sido capaz de mostrar».
Dani Martín describe este álbum como un trabajo en el que prevalecen las estructuras líricas por encima de la música, «he querido plasmar en las letras todo lo que me transmite el mundo y los seres humanos, la música es importante pero en este caso es secundaria, y estoy muy feliz del resultado». Feliz proclama, consciente de que la felicidad subyace en la búsqueda y no en los logros de la vida, más cantinela zen para un artista que ha permutado los foros multitudinarios por recintos de carácter íntimo, consciente de que lo verdaderamente importante en la vida es cubrir etapas manteniendo la cabeza alta.
Dani Martín. Pequeño. Recinto de Son Fusteret. Palma.16 julio. 21.45.
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