La pieza, de ocho minutos de duración, representa lo que son: dos personas muy diferentes con movimientos adversos que remarcan la medicación que necesitan para combatir contra su locura. «Que somos diferentes es autobiográfico, pero que estamos locas no», dice Lliteras entre risas.
El premio del concurso les permitirá actuar, a partir de septiembre, en Eivissaa, Menorca, Mallorca y Barcelona. Tendrán unos beneficios de 1.000 euros por actuación. «Nos presentamos al certamen de casualidad, no esperábamos ganar en absoluto».
Tras la victoria, Fullana y Lliteras prosiguieron sus estudios en el Institut del Teatre de Barcelona. Actualmente, cursan por la mañana un grado superior de coreografía y técnicas de interpretación y por la tarde el grado profesional de danza contemporánea. «El grado profesional nos atrae más. Es más práctico», confiesan ambas, quienes recomiendan que «irse a estudiar fuera es mejor. Una bailarina siempre se está formando».
La compenetración se hace explícita sobre el escenario porque «somos amigas desde la infancia y estamos las veinticuatro horas juntas», explica Fullana. Huyeron a Barcelona porque en Palma «el panorama de la danza es triste», admite de forma tajante.
La ayuda de las instituciones hacia esta disciplina es escasa, señalan. «Siempre vienen los mismos espectáculos y, además, las entradas son carísimas», dice Lliteras. Ambas bailarianas apuestan por acercar la danza al público mediante actuaciones en la calle de forma frecuente ya que «la gente no conoce la danza contemporánea», finaliza Fullana.
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