Asistentes, ayer por la mañana, al acto celebrado en el Espai Mallorca de Barcelona. | Carles Domènec

TW
18

El Espai Mallorca de Barcelona fue ayer el escenario de once horas de actividades culturales reivindicativas a favor de su continuidad. En un tono más festivo que pesimista, la plataforma Crits i Renou organizó una veintena de actuaciones musicales, teatrales, circenses y recitales poéticos. Más de 500 personas visitaron el Espai Mallorca durante toda la jornada, que tuvo uno de sus puntos álgidos en una comida popular. En la sobremesa se elaboró un documento que se envió a las principales instituciones públicas de Balears para solicitar la dimisión del presidente del Gremi d'Editors de Balears, Miquel Ferrer, y de toda su junta, y garantizar la continuidad del Espai Mallorca.

«Hay que salir de la ambigüedad de los responsables del Gremi y del Consell, que no han asumido sus responsabilidades, y hay que pedir cuentas para averiguar si ha habido malversación», comentó Joan Tomàs, miembro de Crits i Renou. El escritor Jaume C. Pons Alorda pidió «la dimisión de Miquel Ferrer porque, con toda la hipocresía del mundo, nunca ha dejado las cosas claras». Pau Vadell matizó que «hay muchos editores en contra de la gestión de su presidente».

El dramaturgo Rafel Duran señaló que «sufrimos un genocidio cultural contra lo catalán». Duran apuntó que «nuestro políticos, pagados por todos, han de ser consecuentes con la cultura porque esto no es su finca». La novelista Llucia Ramis afirmó que «estoy pensando en el exilio porque mi trabajo está relacionado con la cultura y ésta no interesa». Ramis se cuestionó si «realmente somos una minoría o lo que sucede es que estamos muy mal organizados». El realizador Miquel Àngel Raió concluyó que «es en las crisis cuando la cultura es más importante y debe ser más subvencionada porque sirve para la regeneración moral necesaria para superarlas».