‘The Walk of shame’. Así ha titulado una de sus obras el artista Eugenio Merino, que la expone desde ayer en la feria de arte contemporáneo de Madrid, Arco, el mayor mercado del arte del país, pero también un buen lugar para tomar el puso a los derroteros de la creación española e internacional, incluidas las tendencias más actuales, críticas o provocativas. | ANDREA COMAS

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El optimismo entre los galeristas mallorquines es patente a tenor de las obras comprometidas en la primera jornada de la XXXI edición de Arco dedicada a profesionales y coleccionistas, si bien lamentan que desde las instituciones públicas las ayudas se hayan limitado hasta la fecha a la edición de un catálogo promocional elaborado por el Institut d´Estudis Baleàrics (IEB). Hoy se espera la visita de las autoridades de Balears así como la visita de los Príncipes de Asturias.

Josep Pinya, presidente de la Asociación Art Palma y galerista de Pelaires considera que «esta feria se va descubriendo a si mismo cada vez más. Arco llegará a tener el sitio que le corresponde haciendo la feria que nos corresponde. La crisis influye mucho y justifica la ausencia de galerías extranjeras que son emergentes y con mucho arte contemporáneo. Quizás esto de una idea de lo que tiene que ser Arco. Hay que hacer una introspección y volver a nuestra forma de ver y sentir el arte contemporáneo». Pinya afirmó que «si el Govern nos ayudara sería maravilloso, pero tendremos que seguir nuestro camino», decía Pinya, quien ayer ya recibió compromisos de compra de un museo extranjero. Entre la oferta de Pelaires figuran los artistas mallorquines artistas Rafa Forteza, Pep Llambías, Bernardí Roig, Guillermo Rubí y Guillem Nadal.

El galerista Xavier Fiol se mostraba exultante mientras recibía la visita de varios diputados nacionales del PP de Mallorca. «Hay que venir con espíritu ilusionante y positivo. Siempre con proyectos de futuro porque promover a un artista no es cosa fácil», afirmó Fiol, que reservaba obras para un coleccionista belga y una fundación argentina. Está satisfecho por el programa de Arco denominado Coleccionistas. «Nos han visitado extranjeros por segundo año consecutivo aunque hay que ser consecuentes con la situación». Su galería es un estand escultórico en tres dimensiones donde las fotografías de la artista peruana Celia Paredes han causado furor por ser extremadamente naturalistas y femeninas. Asimismo, destacó las esculturas minimalistas del alemán Herbert Hamak que ha expuesto en Palma recientemente. «Estamos disfrutando mucho y la gente también», apostilló. Sobre el catálogo del IEB, Fiol comentó que se trata «algo austero para estos tiempos, pero lo agradecemos enormemente», aunque reconoce que confía más en la iniciativa privada que en la ayuda pública que «no podrá llegar».

Por su parte, Jerónima Martínez, de Maior afirmó que «son tiempos difíciles, pero las galerías estamos apostando fuerte. Hemos arriesgado más y los artistas están dando mucho de sí. Creo que poco a poco saldrá el fruto de todo esto». Así, destacó las esculturas de Joan Cortés y de Amador, o la obra del alemán Nicholas Woods, residente en Pollença. Sobre la ayuda pública, Martínez estimó que «siempre se puede apoyar un poco más, aunque son tiempos difíciles y todo cuesta más».

Finalmente, Juan Antonio Horrach, de Horrach Moyá, ya vendió ayer piezas de Susy Gómez, Montserrat Soto y Joana Vasconcelos a coleccionistas extranjeros privados. El galerista señaló que «la crisis se deja sentir, pero Arco se salvará gracias a los coleccionistas extranjeros»; además, reconoció que la calidad ha mejorado y desestimó las ayudas públicas porque «siempre han sido absurdas y mínimas».