Miro: Sculptor se ha planteado como una «retrospectiva que comienza a partir de 1947», que recorre toda la producción escultórica de Miró, «excepto los primeros objetos de los años treinta que están en el Pompidou [de París], que no los ha prestado» y es, fundamentalmente, «una retrospectiva del bronce», apunta Emili Fernández Miró.
Esos bronces de un artista que nació y desarrolló buena parte de su producción en el paisaje mediterráneo que tanto le nutrió, se confrontarán mediante esta exposición en un entorno natural muy distinto, el de las suaves y verdes colinas del condado inglés, entre árboles frondosos y grandes extensiones de césped ofreciendo lecturas nuevas, distintas de las que hace el visitante que las contempla en el espacio cerrado de un museo, donde habitualmente se encuentran.
La «confrontación» es un concepto que se ha manejado a la hora de montar la exposición, añade Emili; confrontar piezas que proceden de distintos lugares y que se encontrarán, temporalmente, en el Yorkshire Sculpture Park «con lo que yo llamo su pareja o su compañera», transcendiendo la idea de obra aislada. En una naturaleza que las acoge sin reservas, «las piezas convivirán, lo que no se da habitualmente porque están dispersas». También la pátina del bronce, que Miró eligió «por su solidez, por la nobleza del material», se confrontará con los tonos de una geografía muy alejada de la mediterránea.
«Todo el equipo» de la Succesió Miró, del que también forma parte la historiadora del arte Pilar Ortega, se ha volcado en la preparación de la muestran junto a los comisarios y conservadores del museo, de donde partió la idea.
«Miró como escultor suscita interés» y Miró artista es, en los últimos meses, todo un acontecimiento en el Reino Unido, donde «los ingleses aún no le han descubierto porque abrirse a un nuevo lenguaje les cuesta». Como recuerda Joan Punyet, un intenso flechazo con su obra se produjo en abril de 2011 en la Tate Modern y la exposición The Ladder of Escape, donde «las telas quemadas que se expusieron les impactaron enormemente».
La muestra, -a la que viajan desde la Fundació Pilar i Joan Miró de Palma tres piezas y material de trabajo del artista-, contará con grabados de gran formato, fotografías y una película sobre el proceso creativo. Desde el museo han programado un calendario de actividades y un proyecto didáctico; para la elaboración de éste último visitaron la Fundació palmesana, encuentro «que tal vez pueda significar un retorno, una colaboración».
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