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La estrecha relación del Castell de Peralada (Girona) con Mallorca empezó en la conquista de Jaume I y así perduró hasta finales del siglo XIX. La exposición Los condes de Peralada y Mallorca , que se podrá visitar en la biblioteca del Convent del Carme de la pequeña localidad ampurdanesa a partir de este viernes día 15 hasta mayo del 2013, da fe de esa vinculación con documentos, joyas bibliográficas, grabados, fotografías e indumentaria. La muestra incluye piezas de la pinacoteca y muebles del Museu del Castell, que dirige Jaume Barrachina.

«Dalmau de Rocabertí, vizconde de Peralada, y su hijo Jofre III acompañaron al rey en la conquista de Mallorca», señaló Inés Padrosa, responsable del montaje. La historiadora y bibliotecaria del Palacio de Peralada desde el año 1986 comentó que «los Rocabertí se emparentaron con familias mallorquinas y la relación prosiguió hasta la extinción de la saga».

La investigadora recordó que «con la invasión francesa en 1285 el castillo fue quemado y en el siglo XIV se reconstruyó», y aclaró que «en 1855 los condes recuperaron el convento, que habían perdido durante la desamortización de Mendizábal». «En 1875, los hermanos Joana Adelaida, Toni y Tomás, últimos miembros de la saga de los Rocabertí, vivían entre Mallorca y París», apuntó Padrosa, quien remarcó que «Joana se casó con Ramon Despuig Fortuny, conde de Montenegro y sobrino del cardenal Despuig, heredero de Raixa». Padrosa recordó que «Joana Adelaida compró Bendinat e intervino en la restauración del castillo de Peralada y del convento carmelita, y estuvo vinculada a la Finca Morell de Artà, propiedades en Santa Ponça y Can Puig en Palma».

El archivo de la familia fue trasladado a Palma y pasó a formar parte del archivo del marqués de la Torre, heredero con Josep Despuig González de Vallbuena de las propiedades de Joana Adelaida, al morir ésta en 1899. «Los descendientes ofrecieron el archivo al Govern Balear que lo compró en 2005 y hoy se puede consultar en el Arxiu del Regne de Mallorca», contó Padrosa, quien razonó que «ahora empezamos a tener resultados y a averiguar relaciones».

Entre las piezas destacadas figuran un retablo de Santo Tomás de Villanueva que el marqués de Vivot encargó a Fausto Morell, seis paisajes de gran formato del pintor Antoni Ribas y las crónicas de Joan Dameto, Vicente Mut, Antoni Furió y Álvaro Campaner.

«En toda Girona, no hay otra casa del estilo del Castillo de Peralada, que transmite las vivencias de los condes en Mallorca», aseguró Padrosa. La estudiosa recalcó que «la mayor parte de las propiedades de los condes de Peralada en Palma fueron vaciadas y a menudo subastadas, por ejemplo las de Can Puig y Bendinat en Christie's en 1999», y subrayó que «Peralada es el único lugar que conserva el espíritu filantrópico y de cultura de los Rocabertí Dameto».

El castillo de Peralada y el Convent del Carme, separados por un puente y un jardín de inspiración francesa, están situados sobre una suave colina en la verde y plácida planicie del Empordà. En verano, el lugar se convierte en escenario de uno de los festivales de ópera, música y danza con más pompa de Catalunya. El castillo se desvinculó totalmente de los herederos mallorquines en 1923 al ser comprado por el industrial Miquel Mateu.