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Más de dos años de trabajo hurgando en archivos han dado como resultado un libro en el que, «por primera vez», se publica «un exhaustivo estudio histórico y arquitectónico» sobre el Castell de Cabrera, con datos desde su construcción, en 1400, hasta el siglo XX. El artífice ha sido el investigador y experto en arquitectura militar Àngel Aparicio (Palma, 1956).

El Castell de l'Illa de Cabrera , editado por Documenta Balear con planos antiguos y fotografías en color, se presentará el martes 31 de julio, a las 20.15, en el Claustro de Santa Margalida de Palma (c/ Sant Miquel), donde se ubica el Centro de Historia y Cultura Militar.

Aparicio cuenta que comenzó la investigación porque «cuando buscaba algo sobre Cabrera siempre salía lo mismo, lo de los prisioneros franceses de la Guerra de la Independencia, y ellos tuvieron poca relación con el castillo». Según el experto, este asunto, que incluso noveló Baltasar Porcel, «y un esbozo que se había hecho sobre la guerra del 36», era toda la información que se podía encontrar sobre esta construcción, que ya ha cumplido 600 años y fue levantada con un objetivo claro: «La defensa de Cabrera» de las incursiones piratas. De hecho, se construyó y derribó varias veces debido a los ataques de piratas y corsarios y en el siglo XVI el célebre Barbarroja llegó hasta su puerta tras un ataque a Pollença «que no le salió lo bien que esperaba».

El libro, con más de 600 notas a pie de página y que cubre todos los períodos de utilización, pretende «dar a conocer la historia del castillo, una gran desconocida, como Cabrera es la gran olvidada del Ajuntament de Palma».

Esta historia empieza con el Repartiment , mediante el que varias familias se quedaron a cargo de la pequeña isla «con la condición de mantener la defensa de la misma». Los Zanglada fueron los últimos «y cuando se quitaron de encima esa responsabilidad», entonces pasó a la Universitat o antiguo Ajuntament. Hacia 1715 el castillo se militariza y allí se envían soldados «que no podían ser mallorquines», algo que se mantiene hasta le Guerra de la Independencia (1808-1814). En el siglo XVIII se hacen reformas y se construye al lado un pequeño campamento de lona. Cuando éste vuela por los aires debido a las tormentas «se hace de obra y en el XIX los ingenieros militares deciden que la fortificación es inhabitable y que Cabrera se tiene que defender desde otras posiciones». La vida en la isla, dice Aparicio, era dura para los militares, «mal vestidos, mal alimentados y con una presión psicológica tremenda». Hubo épocas en las que los soldados no se podían alejar más de unos cuantos pasos del castillo y sus mandos no podían viajar a Palma, sólo le estaba permitido al capellán castrense.