«No hay constancia de quién fue el primer propietario de la finca», relata Bonnín, aunque se cree que podría haber sido Nuno Sanç, conde de Rosselló i Cerdanya, o Ponç IV, conde de Empúries, allá por el año 1229. Éste es el punto de partida del libro de Bonnín, quien cuenta en sus páginas «una historia real con personajes reales» a través de sus sucesivos usufructuarios. En la actualidad, la finca es propiedad de Vicenç Sastre, consejero delegado del Ferrocarril de Sóller, quien recibió en 1971 una donación de su padre.
La historia descubre los entresijos que allí han acontecido, con temáticas como «el boom del turismo, la corrupción, sus visitantes, los pactos que allí se cerraron, y también los juicios que, en parte, se resolvieron allí también», adelanta Bonnín. «Es un relato estrambótico y que saca a la luz la vida de unas gentes que, en buena parte, han estado ocultas desde siempre». Según el autor, quien ha visitado El Teix, se trata de un lugar «que te ofrece una paz especial. Siempre que hay acuerdos allí, gracias a esta sensación, terminan bien. Su tranquilidad es todo un enigma».
Desde los tiempos de los reyes, la nobleza o la burguesía, hasta los más recientes magnates del turismo, políticos y personalidades del panorama social y del cine a nivel mundial han paseado por una finca que «todavía esconde muchos secretos, y quizás muchos de ellos nunca se desvelen», concluye Bonnín.
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