El Teatre Principal estrena un réquiem inspirado en poesías de Miquel Ferrà

Little simphony es el resultado de un encargo que le hizo la propia Simfònica a David León en 2008, constituye su primera sinfonía y se adapta exactamente a la plantilla que la va a representar. Es una pieza corta, de 15 minutos, con la sencillez y frescura dignas de la juventud. Se divide en tres movimientos que van, como en un círculo, de sonata alegre a unas melodías más lentas y expresivas, terminando con muchos instrumentos de metal, que se acercan al principio por contrastes.

Mater amabilis, de Carles Ginovart, es un réquiem que se toca por primera vez en el Teatre Principal, y es fruto de un año y medio de trabajo porque está escrito para 80 músicos. Ginovart narra que «hace un año un amigo mallorquín perdió a su madre, y acordamos que haría una composición en su memória basándome en un libro de Miquel Ferrà, pues describe todo el desarrollo hasta la muerte. Ese amigo pertenece a la orquesta que estrena mi trabajo». Dividida en siete partes, desde Trista primavera hasta In paradisum, la fuga final, la obra sonará durante 40 minutos. «No es teatro, pero la mezzosoprano tiene mucha presencia cantando en mallorquín; esa figura es la voz que se utiliza en un contexto dramático» aclara Ginovart. La composición ha contado con el auspicio del Ministerio de Cultura, y la publica la Editorial Periferia.

Frente al público que considera ecléctica a la música contemporánea, León define que «su obra es muy fácil de leer». Ginovart también juzga ese aspecto como imprescindible, pero destaca que «el elemento más importante es la tensión»; y destaca, para concluir, que «Miquel Ferrà amaba la lengua, algo muy positivo frente al innombrable de Bauzà».