—La tabla esmeralda mezcla amor, intriga, sectas, guerra, un poco de todo. ¿En este sentido, cuáles son sus referentes literarios?
—A mi me gusta leer best-seller moderno, nombres como Ken Follet, Julia Navarro o Matilde Asensi, hasta lo que fueron best seller en su época. Si nos fijamos en la literatura anglosajona de finales del XIX y principios del XX, Dickens lo fue, y también Jane Austin. Me gustan los autores que, cada uno en su momento, se han querido acercar al gran público.
—Se confiesa aficionada a la Historia y la ha convertido en su profesión, aunque estudió Derecho.
—Creo que soy de una generación en la que entonces hacías la carrera que tenía más salidas profesionales, pero luego, con los años, te vas dando cuenta de que es más importante hacer lo que te gusta; me gustaba mucho la historia, el arte, la escritura y, al final, pude convertirlo en mi profesión, aunque para ello siempre tiene que haber un factor suerte. En mi caso fue que gané un premio del Círculo de Lectores. Yo soy casi escritora por accidente.
—Pues ha conseguido miles de lectores sólo con dos novelas, todo un cambio en su vida, supongo.
—Sí, porque antes yo siempre había escrito para mí, sin pensar que hay alguien en el otro lado esperando tus historias, esperando escuchar lo que tienes que decir. Desde el momento en que sales al ámbito público y eres consciente de que hay lectores que están pendiente de lo que haces, pues entonces ya da vértigo.
—En la novela algunos personajes existieron, el pintor Giorgone, Hitler, Himmler, ¿el resto es ficción?
—No es una novela histórica, si no de contexto histórico, el contexto en el que se desarrolla es real.
—Entonces, ¿no se considera una autora de novelas históricas?
—No, si tuviera que ponerles una etiqueta, diría que son novelas coctelera, porque tienen muchísimos ingredientes y uno de ellos es la Historia. ¿Que es verdad que tiene un peso importante? Pues sí, me gusta darle protagonismo a ese contexto, que esté bien investigado, bien desarrollado, pero no es histórica porque la trama que se desarrolla no es real
—Creo que de las dos tramas le quedó más redonda la que transcurre durante la Segunda Guerra mundial en París.
—Porque al final lo que cuenta esta novela es la historia de los años cuarenta, la otra trama lo único que hace es vertebrarla, está subordinada. La novela transcurre en dos tiempos porque quería trasladar al lector que el problema del expolio no se acaba con la guerra, sino que tiene consecuencias hasta nuestros días.
— Por cierto, ¿por qué finaliza el libro en Mallorca?
—Mallorca fue y es refugio de muchos alemanes, y también de algunos nazis. Era un sitio donde no resultaba extraño que alguien que huye de Alemania se refugiara, y luego, como escenario me parece un sitio estupendo, me gusta mucho la isla.
2 comentarios
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Hombre para poder evaluarlo primero deberíamos conocer nuestra historia real, porque conocemos lo que a los poderes les interesa, es decir conocemos una versión de la historia, sobre los nazis me quedan dudas de si se terminó con ellos, para mi que aún viven, es más a ratos creo que viven en y de los bolsillos de la gente...Aún no lo he leído pero espero no encontrarme algo infumable escrito con marcados intereses, que de eso ya estamos cansados.
La imaginació de la novelista té tots eñs drets, si bé no es pot dir que Mallorca hagi estat un refugi pelz nazis. Nomès me'n record del cas Otto Skorzeny, i per un parell d'anys de residència nomès. Al contrari, a Cala Rajada i altres llocs, va haver una petita colònia d'exilats antinazis, fins a l'any 1936.