Poco debía imaginar en el año 1998, el entonces conseller de Cultura del Consell de Mallorca, Damià Pons, ideólogo del Espai Mallorca, que la entidad llegaría a tener una segunda vida, autogestionada por los propios usuarios. «Ahora ya hemos empezado a nadar, después de tirarnos a la piscina, y ya es una cuestión de seguir o ahogarnos», comenta Toni Ferrari, vicepresidente de la asociación Crits i Renou, después de abrir por primera vez las persianas del nuevo local, alquilado al Ayuntamiento de Barcelona.
El nuevo espacio, situado en la concurrida Plaça Vicenç Martorell, a unos 100 metros de la parte alta de las Ramblas, consta en realidad de dos locales a pie de calle y separados por un portal que, con una pequeña reforma, podrían llegar a unirse. En el más pequeño se habilitará una librería especializada en literatura de las Islas.
«Hemos estado en contacto constante con los editores de Balears, con algunos a título individual y también a nivel colectivo», explica Ferrari, quien asegura que «nuestra idea es recuperar el contacto con ellos, porque tenemos un gran fondo bibliográfico cedido y se debe mantener la librería activa, como antes».
En el segundo local se habilitará una sala polivalente destinada a múltiples actividades, como presentaciones literarias, proyecciones, teatro y danza de pequeño formato o talleres de todo tipo. «Queremos potenciar el tema gastronómico con talleres o catas de vinos mallorquines y difundir todo lo que tenemos en Balears», adelanta el vicepresidente de Crits i Renou. La sala grande, con luz cenital que procede de unas claraboyas, comunica con una pequeña cocina y con dos habitaciones pequeñas que podrían utilizarse como oficina y almacén.
Las últimas semanas han sido frenéticas para los miembros más activos de Crits i Renou, asociación creada para dar continuidad al proyecto cultural del Espai Mallorca y que fue capaz de organizar, cuando se anunció el cierre de la entidad el pasado noviembre, una jornada reivindicativa de 12 horas con actuaciones que reunió a más de 1.000 personas.
«Estamos en fase de captación de socios, y sólo con esas 1.000 personas sería posible ponerlo en marcha antes del verano, pero hacemos un llamamiento a todo el que tenga algo que ver con el Espai Mallorca para que se nos una», advirtió Ferrari.
Ardua labor
Crits i Renou se ha reunido casi semanalmente desde entonces en un pequeño local de Ciutat Vella y en los últimos días ha vivido la ardua labor de empaquetar e inventariar todo el material del antiguo Espai Mallorca. Libros, estanterías, focos, material electrónico y otros enseres están repartidos en cajas por media Barcelona: en salas universitarias, en colegios de los barrios del Raval y Sarrià, e incluso en domicilios particulares, a la espera de entrar a formar parte del nuevo local.
2 comentarios
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La cultura no es algo aséptico como lo pueda ser una fuga de Bach. A menudo va de la mano de contenidos ideológicos, políticos e identitarios. Unas veces critíca al poder, otras va de la mano de éste, reflejando su esplendor. Es curioso como la Obra Cultural Balear recibe dinero de Catalunya y en cambio el Espai Mallorca se tenga que sostener por sí mismo. Me recuerda aquellos tiempos en los que había oficinas de La Caixa por toda Palma, y no había forma de encontrar una sola de Sa Nostra en la capital catalana. ¿Realmente quieren los catalanes estrechar lazos con Mallorca? ¿O solo colonizarla y atraerla a la órbita de Catalunya como sol y centro de un sistema de países catalanes? Si realmente quieren hermanar ambas culturas, en libertad, en igualdad, dependerá del apoyo que brinden los catalanes a este trocito de Mallorca afincado en Barcelona. La verdad es que sería hermoso que así sucediera, que importase en este mundo algo más que la corrupción, la polítca rastrera, la economía depredadora y toda esta basura en la que se está convirtiendo nuestra sociedad, para la que el Espai Mallorca será un oasis (si sobrevive).
Ahora se cuestiona el papel institucional en la cultura,cuando no hay subvenciones.En el fondo tienen razón,la alternancia política hace variar el aporte institucional a la cultura,y no debería ser así,la cultura enriquece al pueblo,es un sistema que se autoalimenta y no debería estar a merced de cambios políticos.Queda demostrado pues que la iniciativa privada es la solución a la pervivencia de proyectos culturales en todos los ámbitos...Aprendamos la lección y no dejemos que la política compre ni condicione la voluntad de crecer que la cultura en general siempre a tenido.