El objetivo es «introducir a los niños en la ópera, que conozcan su música y animarles a que, de mayores, vayan a verla», explicó el director musical, Fernando Marina. «Tuvimos que reducir la duración» y, al final, se decantaron por dejar «los trozos más conocidos, que llegan rápidamente a los niños». Además, se añadió un personaje «que narra la acción para que sigan el hilo argumental». También han incluido «chistes para los pequeños que a los mayores no nos parecen divertidas, pero que a ellos les encantan», reconoció Marga Cloquell, quien interpreta a Pamina.
Entre los solistas, de los cuales algunos participaron como covers la pasada semana, el nivel de exigencia musical «no cambia respecto a la original», reconoció Lilí Pereiro, quien encarna a la Reina de la Noche. «Es la misma rigurosidad y calidad, es el mismo trabajo», dice.
Otro de los factores que encandila a los pequeños es «la Orquestra Acadèmia 1830», reveló Bartomeu Bibiloni, Papageno en la obra. «No es lo mismo que participen dos violines y un piano, a que lo haga una orquesta, que acerca a los niños a la realidad».
La flauta màgica.
Esta tarde, a las 18.00 horas, en el Teatre Principal de Palma.
3 comentarios
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En respuesta al comentario anterior te diré que efectivamente sí, en el pasado , quienes se lo podían permitir, llevaban a sus hijos a la ópera. De hecho basta te acerques al Teatro Principal en alguna de sus temporadas de ópera para ver como alemanes, ingleses... van en familia a ver la ópera, sea cual sea la temática de ésta. Esto dice mucho de nuestro lugar como Españoles con tanto fútbol y telebasura. Así que animo encarecidamente a fomentar más las iniciativas de este tipo! Bravo!
No digo que no y aplaudo la iniciativa pero al tiempo me pregunto: ¿fue necesario que los niños fuesen a la opera en el pasado para que les gustara de mayores?. ¿Cómo les puedes explicar a los niños las historias de la ópera, que suelen ser truculentas, que suelen acabar rematadamente mal (excepto en operas bufas y alguna opera rara como la Flauta Mágica)? ¿Cómo se pueden tragar un rollo wagneriano de horas y horas en alemán? Y sin embargo, los empresarios catalanes iban al Liceo porque daba estatus tener un palco en la ópera, les gustase o no. Tal vez la explicación sea que ahora da estatus tener un palco en el estadio de fútbol y por eso tenemos que hacer maravillas para que los niños no se pierdan la ópera, que es una de las maravillas artísticas de la humanidad, deslumbrados por videojuegos, móviles, telebasura y otras zarandajas. Que haya más, por favor, que haya más, y enhorabuena a todos.
Em sembla molt positiu aquest projecte per educar els nins, poc a poc, a l'òpera. Si, de més a més es fa amb artistes locals, tot és guany. L'òpera ha de saver renovar-se amb imaginació.