El director de ‘Hijos de las nubes. La última colonia’, Álvaro Longoria, ayer en las afueras de CineCiutat. | M. À. Cañellas

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Volcado con la causa saharaui, Álvaro Longoria (Santander, 1968) dirigió el filme Hijos de las nubes. La última colonia, producido por Javier Bardem, para analizar la situación del Sáhara. Ganadora del Goya a la mejor película documental, la cinta aborda «un tema tan delicado que a ningún país le merece la pena hacerlo suyo». CineCiutat acogió ayer un coloquio con el cineasta cántabro tras proyectar un pase de la película.

—¿Qué le atrajo del Sáhara?
—Lo que más me impactó fue lo poco que sabía. No tenía ni idea de lo complicada que era la situación diplomática internacional, que había llevado a que 200.000 personas estuvieran abandonadas en medio del desierto.
—¿Cómo estableció los roles?
—Javier, desde el principio, pretendía ser productor, pero yo tenía muy claro cómo iba a contarlo y qué me interesaba que el espectador aprendiese.

—¿Qué era?
—Explicar cómo la diplomacia internacional puede ser tan injusta y que 200.000 personas son víctimas colaterales. No buscaba contar el drama del pueblo saharaui, sino por qué se llega a esta situación. Hay un ente muy desconocido para los seres humanos, las Naciones Unidas, donde al final se decide lo que pasa en la política internacional y quería contar cómo ocurre relatando nuestro viaje, entrevistando a los que han tenido una parte importante en llegar al status quo, tanto en Francia, como en Marruecos o en España.
—¿Qué fue lo más difícil?
—Esto último, nadie quería hablar.

—¿Por qué?
—Es un tema tan delicado que a nadie le merece la pena hacerlo suyo. España tiene una responsabilidad histórica y podría, con cierta facilidad, ayudar a resolver el problema, pero Marruecos es muy poderoso, es nuestro aliado.

—¿Por qué costó tanto financiar un documental como éste?
—A pesar de que Canal + nos apoyó desde el principio, TVE no lo quería comprar como proyecto y después de ganar el Goya tampoco quiso emitirlo. Nos dijeron que era un tema que ya trataban en informativos, pero la verdad es que nos vetaron la compra.

—¿Qué le parece?
—Coherente con la posición del gobierno de los últimos 30 años. Nos hemos bajado los pantalones ante Marruecos y lo seguiremos haciendo. Y no hay ninguna voluntad política de cambiar de posición.

—¿De qué manera ha incidido la presencia de Bardem?
—Por un lado ha sido difícil porque había gente que no tenía intención de involucrarse. Líderes políticos españoles dijeron que si estaba Javier Bardem no participarían, pero por otro lado su presencia ha ayudado mucho a su repercusión a nivel internacional.