Jaume Pinya posa ante algunas de las piezas de 'Laberint de Pelegrins'. Fotos: LLUC GARCIA

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Tras un trabajo escultórico, Jaume Pinya percibió que la Serra de Tramuntana era, desde una óptica poética, un laberinto de peregrinos «porque en los últimos 300 años han habitado muchas culturas diferentes», afirma el artista, quien ha bautizado como Laberint de Pelegrins la exposición que inaugura mañana, a las 19.30, en el museo Can Prunera de Sóller (sa Lluna, 86).

La pieza central de la muestra, enmarcada dentro del ciclo Fills de la Serra , es una escultura compuesta por 1.100 fragmentos de cerámica encontrados en torrentes y huertos de Fornalutx, datados entre los siglos XIV y XX.

Además, Pinya incluye pinturas que corresponden a diferentes etapas de su trayectoria, entre las que destaca una obra formada por 80 dibujos, iniciada en el año 2000 y titulada como Pictografías de la Serra de Tramuntana . «Ella misma ha ido cogiendo el espíritu de la Serra», concreta el creador. Una década después, los 80 dibujos de Pinya describen cómo ha evolucionado la Serra, siempre desde su perspectiva. También incorpora un óleo que es «un compendio de cartas», así como dos poemas visuales. Uno sobre huesos de oveja y otro sobre lana. «Escribir sobre huesos es una sensación dura, es un canto a la Serra a través de los animales que han muerto o que la gente se ha comido», reconoce el artista. En Laberint de Pelegrins se proyectará un vídeo de Iñaki Roldós que documenta el proceso creativo de Jaume Pinya.