El cineasta Juan Antonio Bayona, director de la segunda película más vista de la historia del cine español, 'Lo imposible', tras recoger el Premio Nacional de Cinematografía 2013 de manos del ministro de Educación, José Ignacio Wert (d). | Efe

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El flamante Premio Nacional de Cinematografía, el director de cine Juan Antonio Bayona, el más joven en recibir nunca este galardón, ha pedido en su discurso de agradecimiento que «se tome conciencia» del momento difícil que vive el cine.

«Estamos en una encrucijada pero estamos a tiempo de actuar. Tenemos las herramientas y el talento pero no estamos encontrando las formas de sacarle partido, 'Lo imposible' -ha dicho sobre la película más taquillera del cine español- podría ser un espejismo».

«No llegaremos a ningún sitio si no valoramos la cultura y la educación como los cimientos sobre los que aposentar nuestra sociedad», ha dicho el director de «Lo imposible» en presencia del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y otras autoridades.

La entrega del Premio Nacional de Cinematografía 2013, celebrada en el museo San Telmo de San Sebastián, ha reunido a más de un centenar de familiares y amigos del premiado, así como a los máximos representantes de la industria cinematográfica, a la directora general del Instituto Nacional de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), Susana de la Sierra, y al presidente de la Academia del Cine, Enrique González Macho, entre otras autoridades.

Bayona, serio, ha dedicado el premio a sus padres, que estaban presentes en la sala visiblemente emocionados, y ha pronunciado un duro y sencillo discurso escrito «esta mañana» con el ánimo de «aprovechar de alguna manera» el momento para «pedir entendimiento».

«Sobre todo -ha aclarado minutos después de recoger el galardón en una charla con un grupo de medios de comunicación, entre ellos Efe-, cuando con el premio que recibes te están diciendo que tú eres la cabeza visible del nuevo cine que se está haciendo».

«Tiene que haber un entendimiento -ha dicho Bayona- porque enfrentarse solo conduce al empobrecimiento del cine».

El cineasta, que ha recibido una ovación de varios minutos, ha recordado los esfuerzos de sus padres, emigrantes que sufrieron una «extrema pobreza» y apenas pudieron estudiar, a pesar de las inquietudes artísticas, sobre todo de su padre, que hubiera querido ser pintor, porque él y sus hermanos estudiaran.

Quizá por esa carencia, ha explicado, «entendieron esa verdad tan básica de que la educación no es un gasto sino una inversión».

Bayona (Barcelona, 1975) también ha hablado de su primera visión de «Supermán», en un cine que «desgraciadamente, desapareció el año pasado» y cómo aquel superhéroe marcó su vocación de cineasta: «En aquella sesión nació mi deseo de volar, de romper las leyes de la física».

«Mi afición por el cine también se alimentó por una televisión pública de calidad que me descubrió auténticos tesoros (...) un cine que me dio una visión de este arte como algo global e inteligente».

Gracias a ello, ha continuado, entendió que «el mundo no se acababa» en su casa y le dio fuerzas «para crear un mundo sin límites», en ese sentido, ha señalado, «'Lo imposible' ha sido un trabajo que ha reforzado aún más esa visión».

«Afortunadamente el cine de mi país no comienza ni acaba en 'Lo imposible'; me alegra saber que hay un nuevo cine que se abre paso al margen de los presupuestos y de la industria motivado por la razón más importante para hacer una película: la voluntad de comunicar».

«Lo imposible» (2012), el segundo largometraje de Bayona, que debutó con «El orfanato» (2007), se ha convertido en la película más taquillera del cine español, con 41 millones de euros, y a nivel mundial consiguió 131,1 millones de euros, según los datos de la web especializada Box Office Mojo.

Para terminar su discurso, el cineasta ha lanzado una última reflexión: «Tomemos ejemplo de nuestros padres y seamos conscientes de que no vivimos en el entorno en el que ellos vivieron y ahora corresponde al Estado que la mina de oro que tenemos en nuestro país sea aprovechada por nosotros mismos».

El ministro ha destacado «la valentía» del jurado al premiar a Bayona, de solo 38 años, y le ha advertido de que aunque «comprende» su alegría al recibir el premio, «también es un compromiso, porque es evidente que lo último que deseamos es que consideres que con esto has terminado tu carrera, que no se te pase por la cabeza», ha bromeado.