—¿Qué le diría a un ciudadano para que vaya a ver la obra?
—Que no se puede perder Emilia porque es una propuesta especial, difícil de ver y en la que los espectadores no salen indiferentes, si no sacudidos. Verán algo especial.
—Tal y como están las cosas en el país, ¿ver un montaje duro, no hará que el público se lo piense antes de ir al teatro?
—Tiene que haber de todo: comedias delirantes y cosas vacuas, y obras que te hagan pensar. Es una historia dura, pero te mantiene vivo, activo. Cuando voy al teatro me gusta que me hagan vibrar, y Emilia lo hace.
—¿Los perdedores son los personajes que más atraen al público?
—El perdedor es con el que uno se identifica más. Porque todos tenemos esa porción de perdedores. Pero creo que lo que más atrae son las historias y cómo están contadas. Lo bueno de Emilia es que sus personajes son muy humanos y ninguno de ellos es perdedor o ganador al cien por cien.
—'No existe el amor incondicional, siempre tiene que haber intereses', dice el director, Claudio Tolcachir.
—Creo que sí. Tal vez solo el amor de la madre no tiene condiciones ni horarios. Es un amor que se da porque sí, porque sale; en los demás, creo que hay ganas como de recibir algo a cambio y no es altruista.
—¿Cómo es su personaje?
—Es maravilloso. Carolina, mujer de Walter, fue madre muy joven y tiene un hijo adolescente. Para mí, como actriz, es muy interesante. Se ha colocado dentro de esta familia en un lugar para sobrevivir, aunque no vive a gusto, pero no puede escaparse; es un personaje atrapado. Lo interesante es que vive en el silencio y trata de ausentarse. Y construir un personaje con el silencio, sin tener casi texto, es lo más complicado e interesante.
—Desde la perspectiva actual, ¿cómo ve al personaje de Belén en Aquí no hay quien viva, el boom televisivo español de principios de este siglo?
—Siempre he dicho que estoy muy agradecida al éxito que tuvo Aquí no hay quien viva; aprendí muchísimo. No entiendo a los compañeros que reniegan de la televisión. Hay series muy buenas y es muy difícil hacer televisión. Tal vez si no hubiera hecho ese personaje, ahora no estaría en Emilia. Me aportó una popularidad que me ha permitido hacer otros trabajos. Lo veo con mucho cariño.
—¿Cómo se plantea el trabajo en Mallorca y Eivissa este semana?
—Es un lujo que me salga trabajo en Mallorca e Ibiza. Nunca he trabajado allí. Espero conocer Mallorca. De Ibiza he disfrutado de sus playas, su gente y su sol. Formentera para mí es un paraíso.
1 comentario
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Pues siempre se ha dicho que las marujas y otros prefieren las desgracias de las princesas y ricos a las desdichas de los pobres.