«En Males companyies había una salida de la Isla, ahora hay un regreso a ella, reflejan una mirada sobre la insularidad desde ópticas distintas y posicionamientos morales diferentes», argumentó Cerdó. Ahora en su nueva novela un profesor de secundaria se instala en Alcúdia después de dejar a su mujer y su hija en Barcelona, e intenta comenzar una nueva vida. Conocerá a Catalineta, la hija de sus nuevos vecinos que padece un retraso mental y que tiene un papel central en la historia.
«Él se hace amigo de una retrasada mental, tiene pocas coincidencias con sus vecinos, no hay posibilidad de comunicación, ella es una lacra, no es aceptada, se siente excluida y sabotea las reuniones familiares», explicó el escritor mallorquín, quien comentó que «la novela trata de un individuo que está perdido, regresa a la Isla en un momento de emergencia, busca un punto de inflexión en el reencuentro con sus orígenes y con la gente que había dejado atrás».
Artefacto
El autor, que mezcla en el texto las modalidades mallorquina, dominicana y gaditana, cree que «una novela es un artefacto verbal y una excusa para explorar los límites del lenguaje, el argumento es un pretexto de estilo», y razonó que «no me interesa demasiado la novela de argumento pero es importante que cada personaje se exprese por el lenguaje que emplea». De la dificultad de las relaciones sentimentales, Cerdó señaló que «cuando decides casarte con una mujer, reproducirte y vivir convencionalmente debes aceptar una serie de contraprestaciones como es la fidelidad conyugal que, desde un punto de vista conservador, es una irresponsabilidad». En relación al protagonista, el novelista expuso que «quiere recuperar el tiempo perdido, tener aventuras sexuales, comer bien y pasar página pero su mujer le persigue, le chantajea y quiere ponerle celoso».
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