La venta del busto del emperador Augusto depende del Gobierno

De esta forma, habrá que aguardar hasta el mes que viene para conocer si el Gobierno da luz verde a esta petición de Christie's. «Nosotros no vamos a esperar a septiembre». Así de contundente se mostró ayer el vicepresidente de Cultura del Consell, Joan Rotger, tras una reunión de carácter «urgente» con los miembros del Departament de Patrimoni. Su pretensión es clara: «haremos todo lo que sea necesario para proteger el busto y evitar su venta pública en subasta dado su valor histórico, importantísimo para la historia de Mallorca y el Mediterráneo; el lugar de esta pieza es el Museu de Mallorca, no una colección particular, debe formar parte de un conjunto que interprete nuestra historia». «Mañana [por hoy] nos volveremos a reunir», añadió.

Como primera medida planteada, Joan Rotger no descarta la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para esta escultura, -un retrato de Augusto cuando tenía unos 30 años y que formaba parte de una estatua-, con el fin de su «recuperación». El vicepresidente insular de Cultura avanzó también que «trabajaremos en este asunto en total coordinación con el Govern [balear], en concreto, con la Conselleria de Cultura, con Madrid y en el ámbito de otras competencias del Consell para llevar a cabo el expediente que conduzca a evitar la salida del país y la venta del busto». A pesar de ello, desde la Conselleria de Cultura matizaron ayer que «el Govern no tiene constancia oficial [de estos hechos], pero de ser así hará las gestiones necesarias para que esta pieza de gran valor histórico para la Isla no salga del país y pueda ser disfrutada por todos los ciudadanos de Mallorca».

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También en el Ajuntament de Alcúdia, municipio donde se ubica la ciudad romana de Pol·lèntia, quieren tomar cartas en este asunto y el grupo socialista instará al consistorio a que se ponga al frente de la compra del busto.

En el caso de que el busto del emperador Augusto salga a subasta, según informaron expertos en arqueología, el precio estimado rondaría entre los 300.000 y 500.000 euros, aunque aclaran que calcular su valor económico «es muy difícil».