«Todos yacemos en el barro, pero algunos miramos a las estrellas». De este modo, Oscar Wilde trazaba una línea invisible que separaba a los soñadores, aquellos que avistan el mar en una simple gota de agua, del resto.
Para Colin Vearncombe, 'Black', 1985 no fue un buen año, su discográfica le puso de patitas en la calle, más tarde sufría un revés sentimental que definitivamente le arrojaba al lodo. Pero, como Wilde, supo transformar la decadencia en belleza. De ese período, ciertamente revelador, nacía un clásico irónicamente titulado 'Wonderful Life', una 'Vida Maravillosa' que curiosamente encajaba como anillo al dedo con otra cita de Wilde: «Incluso de la inmundicia se puede sacar polvo de estrellas».
Contrariamente a la creencia popular, Black no forma parte de los denominados 'one hit wonder', artistas recordados por un único éxito. Si bien es cierto que 'Wonderful Life' es su tema más universal, el de Liverpool cosechó un éxito moderado con otros cortes como 'Everything's Coming Up Roses' y 'Sweetest Smile', llegando a ser un artista transversal valorado y muy querido en el mercado anglosajón. Su última referencia discográfica lleva por título 'Blind Faith', publicado en 2015 por su propio sello, Nero Schwarz Records.
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