«Tippi: A Memoir» es el libro en que la actriz da a conocer por primera vez lo que vivió en 1963 y 1964 cuando filmó las películas luego de ser descubierta a los 31 años por Hitchcock, quien la vio en un comercial de televisión, del que el periódico New York Post logró un adelanto.
La serie de televisión «The Girl» (2012) ya había adelantado algo sobre la tormentosa relación del famoso director con su entonces joven actriz pero en este libro Hedren abre su corazón para contar con más detalles sobre lo ocurrido.
La entonces modelo se había mudado de Nueva York a la ciudad de Los Ángeles luego de divorciarse de Peter Griffith, padre de su hija Melanie, que también hizo carrera como actriz, y obtuvo un contrato de cinco años con el director, así como clases de actuación con él y su esposa Alma Reville.
En sus memorias la actriz de 86 años asegura que el cineasta se tornó en un hombre muy posesivo, que había advertido a sus compañeros de elenco, incluido su coestrella Rod Taylor, que no le hablaran o le tocaran.
Indica además en el libro, que sale al mercado el martes, que la obsesión de Hitchcock por su musa llegó al punto de que si la veía sonriendo o conversando con un hombre en el lugar de la filmación se tornaba «frío» y de «malhumor» y que la miraba fijamente, inexpresivo, incluso desde el otro lado del set de rodaje.
Hedren deja saber además que en una ocasión el cineasta trató de besarla en una limusina y que no denunció lo que le ocurría porque en la década de 1960 el término de acoso sexual no existía y que apoyarían a Hitchcock porque «¿quién era más valioso para el estudio, él o yo?.
«Fue un momento horrible», escribió en su libro la octogenaria actriz, quien recordó además que en la escena final del filme el director había prometido usar pájaros mecánicos, pero, «mintió», haciendo lo contrario, y que casi pierde un ojo cuando un pájaro le picó muy de cerca.
«Fue brutal, feo, implacable», afirma en sus memorias y pese a su mala experiencia por la obsesión del director, su pesadilla no acabó ahí ya que en el próximo filme, «Marnie, la ladrona» (1964), a lo que estuvo obligada por el contrato, Hitchcock ordenó que instalaran una puerta secreta que conectaba su oficina con su camerino.
Asegura que el director de «Psycho» entró varias veces y le puso las manos encima. «Fue sexual, fue perverso», indica además en el libro, según en New York Post.
«Cuanto más me enfrentaba a él, más agresivo se volvía», destacó y señaló además que durante la filmación de la segunda película, Hitchcock pidió al departamento de maquillaje que le hicieran una copia de su rostro para él tenerla.
A pesar del contrato, después de su pesadilla con el director, Hedren no quiso ya volver a trabajar con Hitchcock, que murió en 1980, pero continuó con su carrera, en la que filmó 50 películas.
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