Desde entonces y hasta la fecha de hoy, casi medio millón de personas se han adentrado en las entrañas del edificio. «Los números hablan por sí solos, más de 422.018 personas han entrado en sa Llonja y un 99 % de ellas son residentes. La conclusión es clara: se trata de un patrimonio importante pero también desconocido para los mallorquines», advierte Rosa Maria Bestard, jefe de la Secretaria d'Atenció Ciutadana.
«En la anterior legislatura se concebía como un espacio expositivo, que acogía, muy puntualmente, alguna que otra muestra», apunta Bestard. «Ahora es un elemento patrimonial en sí mismo, que no queremos maquillar ni tapar con nada».
Debido a la gran afluencia de usuarios, Bestard asegura que para finales de enero de 2017 estará disponible la reserva de entradas a través de la página web www.caib.es, ya que hasta ahora se realizaba únicamente por teléfono o correo electrónico. Fundamentalmente, se ofrecen tres tipos de visitas: las institucionales, las educativas y las temáticas.
1 comentario
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Usar un edificio no es taparlo ni maquiilarlo, sino todo lo contrario, ponerlo en valor. S,Escorxador fue matadero y ahora acoge diversos usos, el Gran Hotel ahora es centro cultural, antiguos palacios son ahora espacios comerciales, etc. Los edificios no son esculturas urbanas sino plataformas para la actividad humana. Dejar a un edificio sin uso es matarlo. Espero que la ciudad recupere la Lonja como espacio expositivo, uno de los más maravillosos que he visto y que ha acogido algunas exposiciones memorables, como la de Toyo Ito por ejemplo hace unos años. Lo que pretende poner en valor al edificio, en realidad lo degrada a cadáver. Es una actitud muy, muy, muy cateta.