Juventud Juché presenta este viernes Movimientos en la sala Sabotage.

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Juventud Juché presenta este viernes Movimientos en la sala Sabotage de Palma (22.00). Su segundo corte discográfico lleva al grupo a ampliar sus influencias y forjar un sonido afilado e incómodo. El álbum, que ha sido editado por Sonido Muchacho -sello de uno de los componentes del trío- ahonda en las sonoridades after punk de Quemadero, su notable disco de debut, y lo lleva un paso más allá con una sustancial vuelta de tuerca.

Antes de que la crisis noquease al sector discográfico, ya había un pequeño reducto de marginados que subsistía, a trancas y barrancas, con su único medio para ganarse el pan: girar, girar y girar; y entre medias, grababan un disco. A principio de siglo, el género indie hizo una criba entre los que pensaban tomárselo en serio y los que iban a volver a casa con el rabo entre las piernas para acabar la universidad. Los supervivientes obtuvieron una pequeña recompensa. La merma en las ventas de discos generada por la crisis prácticamente igualó a todos, y lo que hasta entonces era impensable, se hacía posible. Grupos alternativos, sin grandes campañas publicitarias que respaldasen su trabajo lograban hacerse eco y llegaban a más gente que nunca. Muchos de los pertenecientes a la anterior generación ya no lo vivieron, pero los recién llegados, bandas como Juventud Juché, recogieron el testigo y consiguieron que el indie no fuera algo tan residual.

Guitarras machaconas, letras crípticas y ramalazos de punk son las constantes vitales de este trío formado en 2011, justo a tiempo para subirse al carro. No quiere decir que se aprovechasen de sus predecesores, sino que llegaron en el momento más oportuno, aunque igualmente duro. Juventud Juché juega en la misma división que coetáneos como Disco las Palmeras, Guadalupe Plata o Trajano!, bandas cuya mezcla de surrealismo y ruidismo tiene mucho que ver con The Wire, Pixies y Talking Heads.