Francesc Miralles observa los preparativos de inmersión de un robot no tripulado. | Consell de Mallorca

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«Con la colaboración de la Armada podremos hacer un análisis del trabajo y el presupuesto que supondrá la redacción de la Carta Arqueológica Subacuática». Lo decía este martes el vicepresidente de Patrimoni i Cultura del Consell, Francesc Miralles, durante la visita que, junto a los directivos y responsables políticos de su departamento, hizo a Cabrera. Allí, un grupo de buceadores y arqueólogos de ambas instituciones trabaja en los primeros sondeos destinados a la elaboración del citado documento.

Con la ayuda de dos barcos de la Armada, los especialistas prospectan y cartografían el fondo marino mediante técnicas de geolocalización para conocer, en principio, el estado de los 14 pecios que albergan las aguas de la zona. De momento, se han revisado 10 de estos barcos hundidos y hasta el fin de la campaña, que concluirá el viernes, se hará lo propio sobre el resto. Entre los objetivos también se baraja la posibilidad de encontrar aquellos sobre los que las fuentes orales han aportado indicios de su existencia.

Un portavoz del Consell explicó a Ultima Hora que este martes «estuvimos sobre el denominado Cabrera XIV», descubierto el año pasado, pero aún sin excavar.

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Para dar con este pecio se utilizó un «sonar de escombrado lateral», que forma parte de la tecnología con la que está equipado el barco Neptuno. El sonar, además de la localización del pecio, permite «establecer su dimensión».

Los asistentes a esta visita comprobaron cómo se trabaja con un robot marino, no tripulado, cuya inmersión permite el registro de imágenes de los yacimientos. En el caso del Cabrera XIV, a más de 50 metros de profundidad. Una vez establecidos estos parámetros, toca el turno a los buceadores, que investigan el estado de conservación y rocogen información in situ.

La jornada contó con la presencia del comandante del Sector Naval de Baleares, Juan Moreno, quien mostró su «satisfacción» por esta colaboración en la que la Armada pone su tecnología y efectivos humanos al «servicio del patrimonio». Miralles añadió que el Consell ha encontrado en ella «un aliado perfecto».