El de Santa Coloma de Gramenet llega con nuevo material, El Jiro (2016), un álbum confeccionado con retales de funk, rumba y rock. Integrado por once temas que, antes de ser grabados, sometió al más exigente banco de pruebas, el escenario. «Los incluí en una gira al más puro estilo ‘hombre orquesta' por un montón de salas», desvela Perera.
Tras comprobar su fiabilidad en directo, Muchachito se reunió «con Diego Pozo y Lele Leiva para darles forma», y finalmente se pasó por Madrid, «donde mi hermano Álex Acosta, de Fuel Fandango, me ayudó a darle ese punto final que buscaba». El resultado son un puñado de canciones que incitan, inequívocamente, «al baile», cosidas a textos que huyen de lo específico, dejando que el oyente saque sus propias conclusiones, «me gusta que la gente haga suyas las canciones».
El artista reconoce que en 15 años de profesión «he aprendido a sobrevivir haciendo lo que más me gusta», y se describe como un currante «muy exigente conmigo mismo». Aunque es consciente de que «tampoco vale la pena correr más de la cuenta», pues todo llega a su «debido tiempo».
Improvisación
La improvisación juega un papel determinante en la creación de Perera, quien a estas alturas desconoce el repertorio con el que aterrizará en Porreres, «no llevo un setlist predeterminado, aunque hay canciones que por demanda del público no pueden faltar». Enfrentarse al público sin guión no le genera ningún problema, pero sí «a mis compañeros, les vuelvo un poco locos, no se pueden despistar», concluye.
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