Lluís Segura, Antoni Garau, Pep Dengra, Maria del Mar Bonet, Miquel Bezares y Bernadí Vives, ayer, en el Claustre de Sant Bonaventura de Llucmajor. | M. À. Cañellas

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En su segunda propuesta anual, la Fundació Toni Catany, presidida por Miquel Bezares, organiza una exposición sobre la relación entre el Premio Nacional de Fotografía y la cantante Maria del Mar Bonet. Maria del Mar Bonet als ulls de Toni Catany, que se inauguró este jueves en el Claustre de Sant Bonaventura de Llucmajor, comisariada por Antoni Garau y Pep Dengra, es precisamente eso: la imagen pública que construyó Catany de la cantautora.

«Es un viaje por relatos, fotografías, literatura, poesía y pintura. Hace tiempo que nos apetecía llevar a cabo este proyecto y ahora que Maria del Mar Bonet cumple 50 años sobre los escenarios es una gran ocasión para hacerlo», reconoce Garau sobre el proyecto, que podrá verse hasta el 28 de enero de 2018.

«Nos lo planteamos como una película, una rondalla de cómo se conocieron y la fascinación que sentía el uno por el otro y la mirada enamorada y fraternal», añade. «Él siempre tenía la última palabra, aunque se tratara de mi disco. Lo conocí en Palma cuando acababa de cumplir 18 años. Yo empezaba con Els setze jutges y él me dijo que también iba a Barcelona y que nos podríamos encontrar», recuerda Bonet.

«Yo le introduje en la Nova Cançó y él me enseñó a mirar la fotografía, que entonces yo consideraba un arte menor, con otros ojos. Lo nuestro era una relación de tenerse el uno al otro y de influenciarnos hasta que Toni nos dejó. Me acostumbré a verme a través de sus fotografías», confiesa la cantautora.

A pesar de que la exposición tiene su base en los numerosos retratos que Catany le hizo a Bonet, Garau advierte que «indagamos en el archivo de ambos [Catany y Bonet] y descubrieron muchas obras inéditas». «En la muestra no solamente hay imágenes de Catany, sino que tiene como eje la globalidad. Son las afinidades entre ambos transformadas en imágenes», expresa Garau.