Hallan un pozo del siglo XVII o XVIII en las obras del Teatro Principal de Inca

El Alcalde de Inca, Virgilio Moreno, ha asegurado que el pozo «supondrá dar más valor, desde el punto de vista patrimonial, al teatro», ha informado el consistorio en un comunicado.

Moreno ha visitado las obras para ver el hallazgo junto al teniente alcalde de Cultura, Antoni Rodríguez, miembros de la Fundación Teatro Principal y los arquitectos del proyecto.

El equipo de arqueología está llevando a cabo el estudio que se deberá presentar ante la Comisión de Patrimonio del Consell de Mallorca para darle la protección adecuada al pozo, en función del interés que pueda tener.

Asimismo los técnicos de la fundación están trabajando en una solución arquitectónica para proteger el pozo.

Según los estudios preliminares, el pozo es una infraestructura de piedra viva propia de la zona del Raiguer, con una profundidad de 13 metros, de estilo mallorquín y su estado de conservación es bueno.

Además, dada su ubicación se piensa que podría ser de uso comunitario, pero los técnicos continuarán con pruebas para obtener el máximo de información posible y realizarán una labor de investigación documental para conocer si podría tener un nombre como otros pozos del municipio.

El hallazgo supondrá la una necesaria modificación del proyecto arquitectónico del Teatro Principal para integrar el nuevo elemento, pero «no supondrá que se detengan las obras sino que continúan mientras el equipo redactor hace la propuesta técnica adecuada», ha explicado Moreno.

Los arquitectos han adelantado que la intención es elaborar una urna de vidrio que proteja la infraestructura y que permita que se pueda contemplar desde la planta baja y el primer piso del nuevo edificio anexo al teatro.

El presupuesto de la obra quedó fijado después del concurso en 3.448.908 euros. SE prevé que las obras acaben dentro del primer trimestre de 2019.

El proyecto cuenta con una subvención del 50 % de los fondos FEDER.

El Teatro Principal de Inca, construido en 1913, es una obra modernista, proyectada por el arquitecto Guillem Reynés Font. Es un edificio único en su género en toda la ciudad, con gran valor arquitectónico.

Se reformó completamente en 1945, con el proyecto de Francesc Casas, y ha sufrido múltiples reformas desde 1968 hasta la actualidad. Cerró en 2008, muy deteriorado.