Ricky Merino posó en Palma para esta entrevista. | Joan Torres

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El fenómeno televisivo de la temporada, Operación Triunfo, tiene 16 nombres propios, el de cada uno de sus concursantes, y entre ellos se encuentra Ricky Merino (Palma, 1986). El pasado jueves ofreció en La Movida un concierto en acústico, acompañado en el escenario por su grupo de amigos de toda la vida, y las entradas se agotaron en dos horas. Formado como actor, cantante y guionista, asegura que no se cierra puertas a ningún proyecto.

¿Cómo surge la idea de dar este concierto en La Movida?
—Tenía muchas ganas de hacer algo con mis amigos de aquí, que son casi todos músicos. Además, tengo la sensación de que Mallorca está un poco olvidada en tema de conciertos y, por supuesto, yo me debo un poco más a mi tierra, así que quería que mi primer show después de Operación Triunfo fuera aquí.

Usted era de los participantes con más experiencia en el mundo de la música.
—Sí, yo llevaba años trabajando y viviendo de ella en la Isla. Mi primer gran papel fue en el musical Rent, que estrenamos en el Auditòrium de Palma en 2014. Y sí, OT ha sido la experiencia más grande de mi vida, pero la más emocional fue Rent. Siempre recordaré esa sensación, cuando acabé la primera función, de que por fin estaba haciendo lo que quería.

¿La discográfica Universal ya les ha ofrecido algo?
—Nada concreto, pero sí nos ha asegurado que quiere trabajar con todos. Pasamos de ser los hijos de Gestmusic a ser los hijos de Universal. Se reunirán individualmente con nosotros, y lo más lógico es que empecemos sacando un single, porque un disco para cada uno es inviable.

¿Se ve más como cantante, guionista o actor?
—Depende, lo he probado todo, pero en el mundo del guion es muy difícil entrar y ahora mismo me veo como cantante, porque las circunstancias me lo han puesto en bandeja, pero cuando acabe la gira de conciertos de OT volveré a Madrid a hacer cástings, como uno más.

¿Qué papel cultural puede ejercer un programa como Operación Triunfo?
—Esta edición ha tenido dos cosas muy buenas: la primera, que la mayoría de concursantes eran músicos y transmitían esa pasión; la segunda, que a través del repertorio de canciones que nos daban para cantar en cada gala, el público joven descubría temas que no se suelen escuchar por la radio. De hecho, las propias emisoras ponían esos temas durante los días siguiente a las galas. Por no hablar de las clases de cultura musical que se daban en la Academia y que el espectador podía seguir por el canal 24 horas.

¿Qué proyectos vienen después de la gira de conciertos de OT?
—Seguiré haciendo cosas por mi cuenta, porque soy un poco indomable y la mía es una generación que tiene que moverse por su cuenta. Les voy a proponer a Universal hacer una gira alternativa por España, en un formato parecido al concierto del jueves: con mis amigos, en salas pequeñas, muy íntimo... Volveré a actuar en Mallorca siempre que pueda.