«Me sorprende esa clase de música. Me sorprende para mal», dijo en una entrevista en Miami antes de iniciar la etapa estadounidense de la gira «Loco por cantar», que arrancará el 21 de abril en San Francisco y seguirá por Los Ángeles, Nueva York, Houston y Miami.
«Se hace a posta ya, como los kleenex, los papeles desechables que se usan y se tiran. Me duele un poquito porque le tengo un respeto muy grande a la música y a las letras», explicó tras declararse feliz por no estar «obligado a sumarse a las tendencias actuales para seguir de moda».
Delgado, en excelente forma y con una chaqueta de cuero de estilo rockero, Raphael señaló que su música sigue vigente porque nunca ha dejado de renovarse y experimentar.
También dijo que rechaza rotundamente la idea de explorar una base musical como la del reguetón o incorporar letras explícitas en sus canciones de amor.
«A mí las nuevas generaciones ya me conocen sin esos apaños», dijo durante una visita a Miami para promocionar su gira y de paso presentar su disco «Infinitos bailes» al público hispano.
«El público que se ve en mi concierto, como la mitad, es gente joven», aseguró.
Raphael cree que el trabajo de promoción de su música en las nuevas generaciones lo han hecho «en casa» los padres y los abuelos que les han familiarizado con su música.
«Vienen preparados por la familia», afirmó. «Los padres o los abuelos son mis fans y conocen mi música desde la infancia».
Por ello, afirma que jamás abandonará el concepto del álbum. «Todos los artistas importantes siguen sacando disco y yo siempre sacaré discos», subrayó.
Forzando una sonrisa al pensar en las letras de las canciones que se escuchan en la radio y en las plataformas de «streaming», Raphael argumentó: «Se puede hablar de todo siempre y cuando se hable bien. Para hablar de amor hay una línea delgadísima para hacerlo precioso o barato».
A sus 74 años, el cantante afirma que no le quedan sueños por cumplir más que los que se traza día a día. «Yo no soy de esos de dejar cosas por hacer. Si sueño con algo, lo hago de inmediato», reveló.
Está por terminar la grabación de un nuevo disco y prepara ya el próximo, para el que busca sangre nueva entre los compositores hispanoamericanos.
Será un proyecto similar a «Infinitos bailes», en el que incluyó temas de compositores jóvenes como Dani Martín, Bunbury, Vega, Iván Ferreiro y Vanesa Martín.
«Les decimos que hagan música para Raphael. Eso es todo. No les decimos el tema, que ellos digan lo que quieren», explicó.
Después de llevar su gira a México, el artista dedicará las últimas semanas de abril a cantarle a su público en Estados Unidos.
El cancionero gira en torno a los temas de «Infinitos bailes» y las canciones que considera «las joyas de la corona».
«De las que no me puedo salvar», indicó en referencia a producciones como «Yo soy aquel» y «Toco madera», que forman parte de la «banda sonora» del público de habla hispana a ambos lados del Atlántico.
Aunque asegura que no mira demasiado hacia atrás y está ocupado «viviendo», afirmó que la primera palabra que le viene a la mente cuando piensa en sus casi seis décadas de carrera es «alegría».
«Me siento alegre de lo que he hecho y de poder seguir haciéndolo», reconoció.
Rapahel describió su salud como «excelente» y lo atribuye a que come sano, no toma alcohol ni se ha dedicado «a la vida disipada».
3 comentarios
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Su música es tan aburrida como sus dientes postizos, su peluca y sus muchos estiramientos faciales. Él es un dodo, extinc.
Es que no se hace música hoy!!! Solo programas de telebasura .y Rafael tiene mucha razón.gran crítica de un auténtico profesiol
No tienes ni idea, un viejo triste que no tiene idea de qué es la música verdadera.