El director general, Joan Oller, ha explicado que esta temporada tendrá como gran leitmotiv el concepto del «origen», entendiéndolo como fin y vuelta a empezar, con diferentes referencias musicales y también con el proyecto de Barceló: que regresará con el barro al origen de los pueblos y civilizaciones.
El director artístico adjunto, Víctor García de Gomar, ha dicho que Barceló, además de diseñar la imagen gráfica de la temporada del Palau, también presentará entre abril y junio una exposición con la idea de volver a la cueva y de negar el propio Palau y cubrir su luz, al estilo de su intervención en 2016 en la Biblioteca Nacional de Francia (BNF), donde cubrió las vidrieras de barro.
La actividad de Barceló estará entre la «utopía, el sueño y la realidad», y ante su pretensión de cubrir el Palau y sus ventanales de barro e incluso las musas del interior de la sala, De Gomar ha dicho que habrá que ver los límites económicos y patrimoniales del Palau para analizar el alcance de esta intervención artística, que todavía debe materializarse y por ejemplo, no podrá invadir espacios protegidos como patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Dos conciertos con disparos de barro
Esta intervención también tendrá un componente musical en un diálogo con el Orfeó Català con dos conciertos performáticos el 8 y 9 de abril en los que disparará barro a los coros en escena, en unos conciertos de 50 minutos, que serán «de los emblemáticos».
Para estos conciertos, Barceló creará una «escultura sonora» basada en la cueva francesa de Chauvet, para él como una 'Gioconda', donde ha ido a grabar sonidos junto al compositor Pascal Dusapin al que ha encargado la pieza.
«Cerrando los ojos podremos recrear la cueva, las gotas y los ecos», ha resumido, haciendo que la piel del Palau sea distinta y se niegue a sus musas y a un espacios saturado de iconografía, borrándola y convirtiendo el espacio en cueva.
5 comentarios
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jajajajajaja al facha no le gusta Barceló !!!
Bueno,ya es una cueva de ladrones,prefiero que sea de barro.Lo que hizo en la catedral me parece buenísimo .
Que no toqui res, tot lo que toque o espenya. Quin desastre va fer a la catedral.
Madre del Señor hermoso, líbranos de otra chapuza como la que hizo este personaje en la Catedral de Palma, que dan ganas de rezar de rodillas sobre cáscaras de almendras para que no vuelva a destruir nada más.
No, si para cueva de verdad ya tenemos al Parlament, que ya sólo les falta pintar pinturas rupestres en el techo para terminar de retroceder en el tiempo y en la evolución que caracteriza al ser humano.