Santiago de Retes es reconocido mundialmente por lo llamativo de sus espectáculos. Para él la magia es sinónimo de grandiosidad y utiliza la ingeniería más avanzada para sorprender al espectador. La levitación con chorros de agua es uno de sus números más aplaudidos. En la fotografía inferior, de Retes, segundo por la izquierda, en el cartel promocional junto a sus compañeros de espectáculo Charlie Mag, Nuel Galán y Ekaterina.

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Santiago de Retes (Madrid, 1971) es uno de los magos que forma parte del espectáculo Los Ilusionistas, que albergará este sábado y domingo la sala magna del Auditórium de Palma. Los otros tres prestidigitadores que participarán en este espectáculo son Ekaterina, Charlie Mag y Nuel Galán. Más de 20.000 espectadores ya han disfrutado en España con sus trucos.

Usted es muy reconocido por haber sido el primer mago es utilizar el rayo láser en sus espectáculos. ¿Cómo se le ocurrió la idea?
—En realidad se le ocurrió a otro ilusionista, el francés Theo Dari, que es muy amigo mío. Hace 20 años le acompañaba en sus espectáculos por Francia y preparábamos los números, la música y hacíamos la coreografía juntos. Luego ya la adapté a mis propios espectáculos. En esos tiempos, el uso del láser impresionaba mucho.

Sus espectáculos son una mezcla de magia tradicional y tecnología.
—Así es. Al principio la idea era hacer números lo más espectaculares posibles, pero luego nos dimos cuenta que hay muchos efectos antiguos que merecían la pena ser rescatados.

Usted afirma que ‘en la magia no todo es truco'. ¿A qué se refería en concreto?
—El truco es la base, pero todo lo que existe en un espectáculo engloba muchos más aspectos. Es un proceso muy complejo.

¿La tecnología es un gran aliado para los magos de hoy?
—Más que la tecnología, yo diría que la ingeniería, pero sobre todo la psicología, que es todo en este mundo.

¿En qué sentido?
—No me refiero a la psicología en plan de hablarle al público y engañarle, sino a la hora de construir un aparato para un espectáculo, hay que saber muy bien cómo funciona el ojo humano, el cerebro... Si no lo haces muy bien, el número no funcionará. Ahí se diferencian los buenos magos de los malos.

¿Es una pérdida de tiempo que el espectador busque descubrir el truco?
—Me parece una tontería y es muy triste pagar la entrada de un espectáculo de magia para ir a descubrir los trucos. Para eso que se lean los libros de magia donde se cuentan muchos. Es como ir al cine a ver una película de acción y que el espectador esté preocupado en ver cómo el que cae por un edificio está sujeto por unos cables de acero. Es mucho mejor dejarse llevar y ser sorprendidos.

¿Ha vivido situaciones de riesgo preparando algún número?
—Sí, en muchas ocasiones. He tenido ahogamientos, tengo varias vértebras rotas cuando me cayó una sierra en la espalda y una falange medio seccionada por un corte.

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¿Cuándo se dio cuenta de que tenía esta habilidad especial para la magia?
—Yo siempre digo que el buen mago nace, no se hace. Mi primer recuerdo de este mundo son los trucos que me hacía mi padre, que no era mago sino marino. Y el primer libro que me impactó fue La enciclopedia de la magia, de Patrick Page.#No concibo que alguien con 20 años se levante un día y diga que quiere ser mago.

¿Qué opinión tiene sobre la utilización de ‘ganchos' por parte de algunos compañeros?
—Es un asunto delicado. Para resumir le diré que no me parecen mal si el objetivo es espectacular y reprobable si el número no tiene calidad.

El pasado mes de julio, España triunfó en el campeonato del mundo en Busan (Corea del Sur). ¿Tan buenos somos?
—España es una gran potencia desde los tiempos de Juan Tamariz. Hay muchísima creatividad y no somos más potentes porque no nos apoya nadie. Por ejemplo, no tenemos una sala que apueste por la magia.#En cualquier país hay cinco o seis espacios donde sólo se exhiben espectáculos de magia. Eso aquí no ocurre.

¿Tiene la sensación, como pasa en otras corrientes artísticas, que están más reconocidos fuera del país que dentro?
—No es que la tenga, es que es la realidad. Por ejemplo, yo he trabajado siempre fuera. Todos los premios los he logrado por mi labor en el extranjero.#En#España no te reconocen el status que tienes en otros lugares.

Pero aquí sí que hay magos muy populares, que son estrellas de la televisión. ¿Eso quiere decir que son los mejores?
—Éste es también un asunto delicado, pero también le diré que quien sale en televisión no tienen porqué ser el mejor mago. De hecho, de los más mediáticos, sólo uno, Yunke, tiene un gran premio internacional. Otros se han presentado a campeonatos mundiales y han quedado en puestos muy retrasados, el 65 o el 70.

¿Es muy diferente la magia en televisión que en una sala?
—Son dos mundos completamente diferentes. De hecho, hay trucos específicos para televisión y otros para sala.

¿Qué espectáculo de magia le gustaría ver?
—He visto varias veces a los hermanos Ehrlich, pero no en un gran estadio y me encantaría ver su show en toda su grandiosidad.

¿Compartirá escenario en Palma con algún compañero?
—No. Tenemos estilos diferentes y cada uno hará su espectáculo. Alguna vez lo hemos intentado, pero no funciona.