Tras piezas que reflexionan sobre el acceso a la vivienda y al modelo turístico, las tablas del Teatre Principal acogerán una nueva obra, esta vez, sobre la Guerra Civil y la represión en la Isla. Se trata de Mar de fons, una coproducción de la compañía Iguana Teatre con el Teatre Principal de Palma y el Teatre Lliure de Barcelona. El montaje, escrito por Pere Fullana, Jaume Miró, Carme Planells y Aina Salom, se estrenará este sábado, a las 20.00 horas, en un escenario muy especial, entre la Sala Gran y la Petita. La función podrá verse hasta el 3 de febrero.
«Como el título sugiere, la obra pretende que el público entre en este mar de fons, en el ventre del teatro. Necesitábamos que los espectadores estén cerca de nosotros», justifica Pere Fullana, también director de la obra, quien define el montaje como una «reflexión poética de lo que significó el desembarco de Bayo a partir del arte del teatro».
«Los actores han encarnado cuerpos, pero también emociones, climas, paisajes y objetos. Creo que aporta nuevas visiones sobre un tema muy tratado en diferentes lenguajes. No se centra en ningún icono, sino en la gente que permaneció silenciada», añade. «La función tiene una estructura cronológica, que va desde el desembarco de Bayo y el golpe de Estado hasta la muerte de Franco, en 1975», detalla.
Lluqui Herrero, –que comparte elenco con Maria Bauçà, Rodo Gener, Albert Mèlich, Carles Molinet y Rosa Serra–, reconoce que «el proyecto ha sido un reto, pues mezcla registros tan diferentes como el melodrama, lo grotesco o la poesía, y tenemos que hacer que todos encajen para darle un contenido universal». En la ambientación tiene mucha importancia la música en directo, a cargo de Miquel Àngel y Agustí Aguiló.
Son seis los intérpretes que participan en el montaje, pero hay unos 57 personajes ‘encarnados', es decir, cada actor representa cerca de diez cada uno. Por otra parte, si bien Franco no está representado «de forma directa», «nos posee a todos y hay un personaje que es como su negativo», avanzó Fullana, quien recordó que «la sociedad mallorquina y las juventudes republicanas vivieron el golpe con mucho desconcierto».
«Muchos no tenían acceso a la cultura ni a la educación y el nacionalsocialismo se buscó un ailado fantástico, sobrenatural, un Dios inventado que hacía que los ciudadanos se pararan y tuvieran miedo», prosigue.
Carles Molinet, actor y representante de Iguana Teatre, puntualizó que «ahora muchos de los que vivieron el desembarco y aquellas tragedias están muriendo, pues ya tienen unos 80 o 90 años, como es el caso de Antoni Cànaves, el último superviviente del desembarco de Bayo y que murió en 2018 a los 98 años». «Eso ha provocado un oleaje de obras de esta temática porque hay una necesidad de hablar de esto», justifica.
3 comentarios
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Y para cuando algo sobre los asesinatos de los otros? Que de haberlos los hubo, o no?
Y si esta historia parece corta, volveremos volveremos a empezar. Habia una vez un barquito chiquitito, que no podía, que no podía, que no podía navegar...
Después de un poco más de 80 años y todavía seguimos así... ya llega a ser aburrido y cansino.