Los expertos accedieron por primera vez a esta sala de la que solo puede apreciarse su parte alta, pues la inferior está enterrada por los sedimentos acumulados, informó hoy el Parque Arqueológico del Coliseo, en Roma, al que pertenece el yacimiento de la «Domus Aurea».
Se trata de una estancia abovedada, bien conservada y ricamente decorada, con recuadros en rojo sobre fondo blanco que contienen en su interior figuras mitológicas pintadas con intensos colores.
Una de ellas representa un guerrero armado con espada, escudo y una aljaba para transportar flechas que combate contra una pantera, y también aparecen representaciones de centauros y del fauno Pan, deidad silvestre y de los pastores en la mitología helénica.
En estos muros además constan criaturas acuáticas reales y fantásticas, un paisaje con pájaros, dibujos de columnas, todo decorado con motivos vegetales, guirnaldas, y estelas de colores como el verde, el amarillo o el rojo.
Pero la pintura más representativa es la que precisamente ha dado nombre a la habitación, una solitaria esfinge que se erige sobre lo que parece ser un «betilo», un objeto sacro de forma cónica.
Son las típicas figuras con la que los romanos de aquella época decoraban las estancias y se repiten en otros lugares de la Domus, mandada construir por este emperador de la dinastía Julia-Claudia tras el destructor incendio del 64 d.C sobre la colina Opio de Roma.
La directora del yacimiento, Alfonsina Russo, celebró este descubrimiento pues considera que servirá para «narrar la atmósfera de los primeros años del principado de Nerón», uno de los emperadores más míticos de la Antigua Roma, sobre la que reinó hasta su muerte en el 68 d.C.
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