El cineasta Asif Kapadia, este jueves en Palma, durante la entrevista con este periódico. | Teresa Ayuga

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Senna, Amy y Maradona. La trilogía de documentales de Asif Kapadia se ha convertido en un ejemplo del nuevo documental. El piloto, la cantante y el futbolista protagonizan tres premiados y alabados trabajos de Kapadia, que también ha firmado largometrajes, cortos y capítulos de la serie Mindhunter. El oscarizado director británico recogió el pasado miércoles el premio Evolution Vision Award, del festival Evolution!, y reconoce que el cine de superhéroes ha llamado a su puerta. Pero él se pone del lado de Ken Loach, Martin Scorsese y Francis Ford Coppola, que estos días han tildado a este género de «cine de hamburguesas».

¿Cómo está siendo su experiencia en el festival Evolution!?
— Estoy contento de haber recibido este premio. El lema es unir personas, unir culturas. Festivales como éste son un punto de encuentro para el cine independiente y los cineastas.

En 2010 estrenó el documental de Ayrton Senna; en 2015, el de Amy Whinehouse y este año, el de Maradona. ¿Qué le llevó a fijarse en estos tres personajes?
— Cuando empecé estos documentales no pensé en una trilogía. Me encanta el deporte y me fijé en la personalidad de Senna. En el caso de Amy, resido en Londres y durante diez años vivimos en el mismo barrio. Podía haber sido mi vecina y me atrajo su personalidad. En el caso de Maradona, adoro el fútbol. No pude conocer a Senna ni a Amy, pero me parecía muy interesante poder entrevistar a Maradona.

No le teme a ningún género.
— Soy, sobre todo, un director. Cada género requiere diferentesmaneras de hacer. Para mí, lo importante es que el proyecto sea interesante. Que el personaje o el tema me obsesionen.

¿En qué está ahora mismo?
— Estoy leyendo, pensando. Estoy tranquilo, siento que no tengo prisa por empezar un nuevo documental. Aún estámos en plena promoción de Maradona.

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¿Boris Johnson podría protagonizar uno de sus documentales?
— Creo que el ‘Brexit’ es una gran máquina. Es un tema que me interesa mucho, al igual que al estatus político de Gran Bretaña y al resto del mundo porque nos estamos separando. Sería muy interesante obtener otro punto de vista. Pero ahora las cosas van tan rápido que sería hacer un documental sobre un tuit. Las noticias se quedan viejas. Necesito tener más contexto y esperar a cómo acaba. Igual nos quedamos en un limbo para siempre.

¿El documental coarta la imaginación para ser fiel a la verdad?
— Al final, ofrezco mi versión de la realidad. Para el documental de Amy realizamos más de cien entrevistas antes de empezar. Con Senna estuvimos investigando cinco años; y en el caso de Maradona, tres. Tenía mucho material, pero al final interpreto la realidad. Es la realidad de Asif. En un documental tiendes trampas para que el público se enganche.

¿Considera que firma documentales de autor?
— Con Senna, Universal me contrató para mi primer documental. La productora me escogió porque me gustaba el deporte. Cuando ya me habían contratado, ellos querían una propuesta muy convencional. Les dije que sí a todo, pero finalmente lo hice a mi manera, con el toque Kapadian. No quería entrevistas en el documental. Me decían que era imposible, que era más caro, pero mi idea era hacer un documental cinematográfico. Siempre hay una pelea con el dinero, pero se impusieron el arte y la creatividad. Quería un documental diferente. Ahora hay cineastas que me dicen que se puede hacer un documental de otra manera.

En este boom de cine de superhéroes, usted se fija en héroes muy humanos.
— Senna es un auténtico héroe de acción. No pretende conducir el coche: lo conduce de verdad. Con Amy me inspiré en los musicales de Bollywood. En el caso de Maradona me fije en una película de gansters, como un tipo de barrio de Buenos Aires. Son unos grandes luchadores y sí, me han llamado del cine de superhéroes, pero soy más de Coppola, Scorsese y Ken Loach.

Con Amy y Senna se sabe el final de sus protagonistas, pero Maradona sigue vivo. ¿Cómo le afectó para acabar su documental?
— Una de las razones por las que elegí a Maradona es que no tenía ni idea de cuál iba a ser el final. La vida de Maradona es muy larga y aún sigue. Con Amy y Maradona no había guión. Empezó todo con la investigación. Cuando hacía entrevistas para el futbolista, todos me pedían saber cómo iba a cerrar. Y justo cuando lo iba a acabar, Maradona volvía a hacer algo caótico.