La gran dama de la ‘cançó mediterrània’ baja el telón a su gira de 50 aniversario.

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La vida es un viaje, lo sabemos desde Homero. Maria del Mar Bonet inició el suyo hace más de medio siglo y sigue sin divisar tierra firme. Fue una de las voces destacadas de la Nova Cançó, una escena que recogía el testigo de la intensidad intelectual francesa. Desde entonces, ha buscado ritmos y sonoridades en ese pozo de sueños que es el Mediterráneo, y los ha transformado en canciones dulces y poderosas, rara mezcla que pocos han sabido convertir, como ella, en resonante belleza. En estos 50 años, la mallorquina ha timoneado todas las modas, épocas y doctrinas hasta llegar aquí, indemne y convertida, a pesar de su hippismo subterráneo, en la más moderna de todas. Hoy, en el Auditòrium de Palma (21.00), bajará el telón de una gira que durante tres años la ha llevado por medio mundo.

¿Cuáles han sido sus sensaciones en esta gira?
— No esperaba que fuera tan larga, ha estado muy bien, me he reencontrado con mucha gente.

¿Necesita un respiro o ya le rondan nuevos proyectos?
— Siempre tengo varios en mente, soy como un pintor que siempre tiene tres o cuatro cuadros comenzadas.

¿Qué significa la palabra retiro para Maria del Mar Bonet?
— De momento no he sentido esta necesidad.

¿La cançó mediterrània simboliza una actitud ante la vida?
— Hay gente que ha nacido en la montaña y sienten de otra manera la vida, yo soy mediterránea y tengo mi propia forma de ver las cosas. Creo que aún hay mucho por descubrir del Mediterráneo.

Lluís Llach asegura que no vive para la música, sino que la música le ha ayudado a vivir. ¿Comparte su reflexión?
— Esto es muy de Lluís, yo no diría que vivo para la música, diría que la música es mi compañera de viaje.

¿Se siente más cómoda con la etiqueta de clásica o veterana?
— Supongo que veterana, ya tengo una edad.

Con el homenaje que le ha brindado Manel en su tema ‘Per la bona gent' hemos podido escuchar su voz envuelta en sintetizadores y rap, ¿qué opina de esta canción?
— Para mí Alenar es una canción muy importante, y que hayan cogido un trozo para incluirla en su tema me satisface. Además, han titulado el disco con una frase mía. Han sido muy atentos.

¿A qué poeta le gustaría cantar y aún no lo ha hecho?
— No sé, he cantado muchos y seguiré cantando, porque a veces te encuentras con poemas que dicen eso que piensas y no sabes decir pero el poeta lo expresa de una manera extraordinaria.

¿Con la madurez viene la nostalgia?
— No siento nostalgia por cosas, situaciones, ni momentos. Lo que si siento que es ahora los años pasan más rápido que antes y eso me da un cierto vértigo.

¿En estos 50 años de carrera, cuál ha sido su mayor decepción?
— Han habido algunas. A mí lo que me gusta es encontrarme gente que sepa quien eres y qué haces, y que no te exijan cosas a las que debes decir no. De todos modos, creo que las decepciones y los errores te ayudan a mejorar.

¿La palabra aún es una herramienta válida para luchar contra las injusticias sociales?
— ¿Hasta que punto pueden ayudar las canciones? Ya lo sabemos: de una forma discreta. Mi intención es hacer buenas canciones, que sean buena poesía.

Jaume Sisa afirmaba que ‘Si me pongo crítico con mi obra, retiraría la mayoría de discos que he grabado', ¿es usted tan dura consigo misma?
— No, creo que todos mis discos tienen alguna cosa interesante, aunque unos me gustan más que otros, pero de ahí a retirarlos… Además, creo que Sisa se equivoca, tiene cosas maravillosas.

¿Qué sintió cuando Dylan recibió el Nobel?
— Una gran alegría, pienso que lo merece. Aunque me hubiera gustado que fuese a recogerlo.

¿Ha tenido que pagar muchos peajes para no dejar de ser quien es?
— Sí. Hay gente que se entesta en que hagas las cosas de otra forma, y como creador tienes que defender aquello en lo que crees.

¿Qué le parece que un artista entre en la cárcel por la letra de sus canciones?
— Esto lo hacia el franquismo y ahora lo volvemos a ver con esta nueva entrada del fascismo. Se tiene que luchar contra ellos.

Hablemos del procés: ¿La independencia tendría más ventajas que inconvenientes?
— Catalunya ha crecido, es mayor de edad y necesita ser independiente. En su día, no dejar hacer el referéndum fue un error, y han privado de libertad a mucha gente. Me parece una barbaridad.

¿No ha pensado que en este país el franquismo está durando demasiado?
— Evidentemente, estoy de acuerdo.

Paco Ibáñez opinaba al respecto que habría que crear una Europa federal y olvidarse de la palabra España, Francia, Italia...
— Se tienen que escuchar todas las ideas. Pero lo primero que se tiene que escuchar es el voto y se tiene que dejar votar a la gente.

El siglo XXI ha destapado todo el hedonismo y la superficialidad del género humano. En este contexto, ¿qué pinta la poesía?
— Para mí la buena poesía es filosofía, es el género literario más importante.

¿Una canción o una poesía sirven todavía como estímulo social?
— Si, y también una pintura y una obra de teatro.