El escultor Tomás Barceló, con una de sus obras.

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De la superproducción china Asura, a Maléfica II, la serie Krypton y ahora, en el departamento de Dune. Desde su taller de fora vila de Manacor a las pantallas de todo el mundo, el escultor Tomás Barceló se está forjando una interesante carrera cinematográfica que esta a punto de sumar un nuevo estreno en diciembre con la nueva cinta de Denis Villeneuve, director de otros títulos como Blade Runner 2049 o La llegada.

«Soy fan de los libros, para mí ha sido un sueño», dice Barceló, que tampoco aporta muchos detalles debido al contrato de confidencialidad que ha firmado, por lo que no podrá hablar de la película hasta dentro de tres años. Admite, eso sí, que sobre la película Dune de David Lynch, que se estrenó en 1984, «hay cosas que me gustan y otras no».

Inclasificable

El escultor mallorquín ha participado ahora en el remake de esta nueva versión de Dune, basada en los libros de Frank Herbert y que en esta ocasión cuenta con la participación de actores como Timothée Chalamet, Rebecca Ferguson, Oscar Isaac, Zendaya, Charlotte Rampling, Javier Bardem, Josh Brolin o Jason Momoa.

«Soy muy malo enviando currículum pero tuve la suerte de participar en un trabajo que parecía menor pero en el que había artistas que luego han trabajado en otras películas. Son ellos los que me han ido llamando para el cine», dice con cierta modestia Barceló.
Sus esculturas juegan con diferentes ligas, ya sea la fantasía, la ciencia ficción al steam punk, lo que le impide estar encajonado en ninguna corriente artística tradicional y le permite trabajar en películas internacionales.

«Me siento como si tocara un violín en un mundo de pianistas», dice Barceló desde su confinamiento mallorquín, que mientras tanto sigue realizando esculturas que luego vende en plataformas artísticas como Etsy. «Me estoy quedando sin material y no sé si invertir mas dinero en una cosa en la que desconozco si podré recuperar aunque sean los gastos», explica. Sus obras no son de bronce sino de siliconas y resinas.

Autónomo, se ha quedado sin encargos por el bloqueo sanitario y las ventas han bajado muchísimo. «La compra de arte local es muy pequeña y lo que yo hago se aleja del tópico. La mayoría de mis clientes son internacionales», señala. La industria del cine y de las series se ha paralizado.

Este año tenía en cartera tres películas, dos nacionales y una internacional, una exposición en Barcelona y otra en Alemania. «Todo se ha parado de golpe y los planes están deshechos», así que durante estos días está grabando tutoriales en Youtube para impartir clases de escultura a sus seguidores, que buscan alejarse de las sagas para sumirse en su universo particular.