En Xocolat tuvieron que abrir incluso un poco antes de lo previsto ya que «había clientes esperando», cuenta Miquel Àngel Sancho. Añade que el poder abrir «da normalidad a la gente» y que se hace «con ganas, aunque sea un poco raro». Los visitantes, algunos de toda la vida y tanto músicos como amantes de la música, aseguran «que ahora las necesidades básicas sí están cubiertas».
Autor favorito
Una chica sale con una bolsa con el logotipo de Rata Corner justo antes de que otra se pare con su bicicleta en la entrada, desde donde pregunta si han recibido el último titulo de su autor favorito. El espacio, que puede albergar una docena de clientes, ha ido recibiendo visitantes con bastante normalidad, algunos «vienen a recoger sus compras a través de Lliberies Obertes» mientras que una compradora llega con una lista de la compra librera, dos ejemplares bajo el brazo y buscando espacio para más. Celebra «que haya menos gente para poder mirar con tranquilidad», aunque reconoce «que es un poco raro» mientras retoma su concienzuda búsqueda.
Otra librera de toda la vida, Glòria Forteza-Rey, de Embat Llibres, asegura haber «tenido mucha gente a primerísima hora» en un día «de ventas muy variadas» con gente que ojeó y hojeó todo tipo de géneros: «Romántica, infantil, incluso uno de pedagogía. He vendido de todo», celebra.
Justo al lado, en Llibres Ramon Llull, «la mañana empezó tranquila pero se fue animando escalonadamente», detalla el librero Àlex Volney. Un día bastante normal, pese a todo, en el que «se nota que la gente ha estado encerrada mucho tiempo» y confían en que los siguientes días «la cosa se irá animando más».
Clientes de toda la vida visitaron Univers del Còmic, la antigua Norma. Uno de ellos, nada más entrar, pregunta si están todos bien y exclama: «Sois los primeros a los que vengo a ver» antes de comprar decididamente un título. Desde la tienda, en la que destacan los carteles con las normas de seguridad e higiene, detallan «que es interesante continuar con las citas previas» al tiempo que abren, y narran la nueva rutina: «cada vez que un cliente se va desinfectamos todo lo que ha tocado para que el siguiente que venga se sienta seguro».
En cuanto a las galerías de arte, ya avanzó hace unos días el presidente de Art Palma, Frederic Pinya (Pelaires), que las aperturas serían escalonadas. Pese a ello, algunos galeristas sí que acudieron a estos espacios para empezar a ‘montar', como es el caso de Pep Llabrés Contemporani o Fran Reus, entre otras, que pronto abrirán al público.
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¡Si aquesta crisi és la "nova normalitat", que torni la "normalitat de sempre"!