Diego ‘El Cigala’, que este domingo actúa en Port Adriano, en una imagen promocional. | http://www.elcigala.com/

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Si existe alguien capaz de mezclar seguiriyas con bolero y ligar el quejío del flamenco con la salsa o el latin jazz, ese es, sin lugar a ningún tipo de duda, Diego ‘El Cigala' (Madrid, 1968). El cantaor presentará en el marco del Port Adriano Music Festival su último disco, Cigala canta a Mexico, un nuevo capítulo en su particular relación con la transgresión de géneros. Será el domingo 23 de agosto, a partir de las 22.00 horas.

¿Cómo va ese brillo, Diego?

—Pues muy bien, estoy muy a gusto y con ganas de cantar. Tengo un poco tomada la garganta, pero nos pondremos bien.

¿Es usted ya un ‘clásico'?

—Yo creo que sí, al menos eso dice la gente.

¿De joven ya era tan intenso?

—Era más intenso porque tenía más fuerza.

¿Su voz es lo mejor que tiene?

—Sí. Tengo otras cualidades, pero la voz manda.

¿En qué tema de su último disco se reconoce más?

—Sin duda, en la canción Verdad amarga.

¿Qué es lo que más le conmueve de México?

—Su gente, su cultura y su música es lo que más me conmueve.

Etiquetas aparte, ¿cómo definiría este disco?

—Como una obra de arte.

De sus 25 años de carrera ascendente, ¿qué borraría?

—Nada, porque de todo he aprendido.

Miguel Poveda dijo que ‘España no se siente orgullosa del flamenco'. ¿Comparte su desencanto?

—Eso será en su caso, en el mío España se siente muy orgullosa del flamenco y del pueblo gitano que lo representa.

¿Los puristas han hecho daño al flamenco?

—No pueden hacer daño porque ellos no suben nunca a cantar, son puristas desde el punto de vista ajeno.

¿Qué ha aprendido que le resulte inolvidable?

—El amor es inolvidable. Cuando se quiere a una persona ese amor te acompaña de por vida.

Parece que la única ruta que existe para acercar el flamenco al gran público es la fusión con otros géneros, ¿está el flamenco puro en peligro de extinción?

—Un poco, porque no se está haciendo flamenco puro, se está haciendo mucha fusión. Por suerte todavía quedamos flamencos de verdad.

¿Cuál es la receta para agradar a un público tan amplio y variado como el suyo?

—Mucha música, amor y corazón.

¿La música cura o es un gran mito?

—Qué profundo. Sí, totalmente, la música cura las almas y da esperanza.

¿Qué opina de Rosalía? ¿Lo que hace ella es flamenco?

—Lo que hace no es un flamenco ortodoxo, tampoco es flamenco, pero estoy de acuerdo con que cada uno se lo curre a su manera, y ella se lo está currando muchísimo.

¿Con quién se ha corrido la mejor juerga flamenca?

—Han sido muchas, una de ellas con Manuel Molina, fue una fiesta alucinante de tres días en Sevilla.

Dicen que una persona cambia por dos razones: aprendió demasiado o sufrió lo suficiente, ¿de qué lado se postula usted?

—Yo, porque ya sufrí lo suficiente.