El historietista y dibujante Max. | Jaume Morey

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«Engañar al ojo es, al fin y al cabo, lo que pretendemos todos los dibujantes», afirma el dibujante e historietista Max, que acumula ya más de 300 tiras publicadas en Trampantojo, su sección en Babelia, el suplemento cultural de El País. Al haber traspasado esta considerable cifra, el artista afincado en Sineu decidió que podía hacer una selección de estos trabajos y publicarla. Así surge Saboteando a Shakespeare, que este jueves llega a las librerías de la mano de Salamandra Graphic (Penguin Random House). Es la primera vez que Max publica con un sello multinacional.

El sugerente título que ha elegido Max para esta recopilación no es para nada casual. «Descubrí que el dibujante inglés Tom Gauld hace un trabajo similar al mío de Babelia pero en The Guardian. Me enteré que tenía un libro llamado En la cocina con Kafka, también publicado en Salamandra Graphic, y me fastidió porque, además de ser el mejor escritor del siglo XX, tiene un nombre con una estupenda sonoridad. Me gustó tanto que le robé la idea, cambiando el nombre del autor y el verbo. Elegí a Shakespeare, tan conocido y al que he dedicado unas cuantas tiras, y un verbo sorprendente que me permitía hacer una aliteración. Ese juego fonético hace que el título sea atractivo y que lectores que no me conocían quieran hacerlo», cuenta Max.

En este sentido, advierte que «espero encontrar lectores que no me conozcan todavía, pues este tipo de tiras de humor solamente las he publicado en Babelia y habrá lectores de otros periódicos que no las conocerán». La selección de estas viñetas ha sido «pactada» entre el autor y la editorial ya que, como reconoce Max, «es bueno tener una perspectiva externa». Sin embargo, enseguida descartó las 53 viñetas que publicó en el volumen Las aventuras de Guillermo & Miguel y otros trampantojos literarios, editado hace cuatro años por el Servicio de Publicaciones Universidad de Alcalá.

Humor

La cultura y el arte son las dianas del humor de Max en su sección Trampantojo, aunque asegura que «me gusta hacer humor crítico sobre la cultura a partir de la estimación que le tengo a la cultura. A veces el humor crítico se hace contra algo que odias, pero no es mi caso. Lo hago precisamente porque me gusta la cultura y creo que se tiene que poder criticar con humor. La cultura no es un recinto sagrado, sino que está en medio y se ensucia como todo y también tiene sus aspectos ridículos. Ahí está el origen de la práctica del chiste. La cultura es de las pocas cosas que hay en este mundo absolutamente estimables».

Max, cuyas mente y manos nunca descansan, está trabajando en un nuevo libro en el que no hay diálogos, solamente onomatopeyas. «Es un proyecto bastante experimental en el que los protagonistas son el viento y un pájaro», avanza.

Portada de ‘Saboteando a Shakespeare', que edita Salamandra Graphic.