En Can Sanç, número 8, en el corazón del Casc Antic de Palma, el tiempo no corre. Lo corrobora Manuel Ripoll, propietario de la mítica Librería Ripoll, especializada en libros antiguos, manuscritos, grabados y fotografía, fundada en 1930 por su padrino, Tomás Ripoll. En 2015, Ciutat perdió uno de los locales más emblemáticos, pues Manuel Ripoll se vio obligado a echar el cierre de la tienda ubicada en la calle Sant Miquel, donde la librería había permanecido unos setenta años. Con todo, Ripoll advierte que siguieron vendiendo libros a través de la plataforma digital Abebooks, donde tienen a la venta unos 14.000 títulos.
La gran noticia es que, lo que parecía que se quedaría en una librería online, se convertirá en una nueva (vieja) Librería Ripoll, pues quedará en familia. Será la hija de Manuel, Carolina, la que regentará el negocio que, además, no se ubicará en Sant Miquel, sino en Can Sanç, en un espacio laberíntico digno de ser escenario de extraordinarias aventuras literarias que ha funcionado siempre de almacén de tesoros variados. La nueva librería se situará en el entresuelo, que ahora está a punto para el inicio de las obras de reforma. «Estamos esperando el permiso de obra, aunque el papeleo está hecho y todo está pagado», avanzan.
Relevo
Carolina Ripoll (Palma, 1995) cogerá el relevo del negocio familiar después de haber terminado sus estudios de historia africana en Viena, de donde es su madre, la reputada biógrafa del Arxiduc Lluís Salvador. «Tomé la decisión espontáneamente, durante una conversación telefónica con mi madre. Pero estoy muy ilusionada ante este reto, aunque también muy nerviosa. Es verdad que desde pequeña me he rodeado de todos estos libros y objetos y durante las vacaciones, desde que era adolescente, me he dedicado a realizar un inventario. Me pasé todo el verano de 2019 elaborándolo, pero después de tres meses de incansable trabajo, solamente logré registrar cerca del diez por ciento de lo que hay, que calculamos que son más de 100.000 entradas entre libros, folletos o postales», cuenta.
Por su parte, Manuel Ripoll (Palma, 1945), que cogió el negocio cuando murió su padrino en 1971, reconoce que «nunca he presionado a ninguno de mis hijos para que retomara el negocio, pues son momentos muy complicados y más para el libro de viejo, pues internet supuso una explosión y mató el ocultismo». Mientras tanto, Manuel sigue enseñando a su hija las «nociones básicas, poco a poco, pues en el mundo de los libros antiguos nunca dejas de aprender». De hecho, Carolina asegura que «no hay unas fórmulas o unas máximas estables o inamovibles, los intereses de los clientes o las tendencias van cambiando constantemente».
El año pasado, la Librería Ripoll cumplió 90 años y, Manuel celebra este 2021 su 50 aniversario como librero. De hecho, tienen preparado un catálogo (el número 74) para festejar el cumpleaños de la librería, aunque todavía está pendiente de publicar. Se titulará Amèrica i viatges en general. «Son fechas históricas que hay que celebrar, pero debido a la situación sanitaria no hemos podido. Espero que cuando hayan terminado las obras y la librería esté lista, el panorama esté mejor y podamos celebrar todo con una gran fiesta», concluye Manuel.
Una bona notícia. Qui hagi sort i èxit.
A part d'això, deman an es periodistes que deixin d'usar s'expressió "casc antic" per referir-se a sa ciutat antiga. No ho diu cap mallorquí i sona fatal: ès una traducció servil des castellà "casco antiguo", Fa prop de vuit-cents anys que generacions i generacions de mallorquins han parlat sa llengua que ha arribat fins a noltros. A posta hem d'esser responsables: no l'hem de fer malbé, l'hem de preservar i hem de revertir sa castellanització. Ànim i coratge!
3 comentarios
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Una bona notícia. Qui hagi sort i èxit. A part d'això, deman an es periodistes que deixin d'usar s'expressió "casc antic" per referir-se a sa ciutat antiga. No ho diu cap mallorquí i sona fatal: ès una traducció servil des castellà "casco antiguo", Fa prop de vuit-cents anys que generacions i generacions de mallorquins han parlat sa llengua que ha arribat fins a noltros. A posta hem d'esser responsables: no l'hem de fer malbé, l'hem de preservar i hem de revertir sa castellanització. Ànim i coratge!
Que abra una librería en la ciudad siempre es una gran noticia. Mucha suerte.
Enhorabona