David Riu, director del ContrastMallorca: «Si pudiéramos traer a los Rolling diría que no porque no son nuestro formato»

Pero Riu no es un recién llegado al mundo de la música. De joven se aficionó a la batería por Marky Ramone, el mítico drummer de la banda neoyorquina The Ramones. La suerte le llegó cuando, más tarde, Riu estuvo «13 años por todo el mundo haciendo su contratación, sus giras, merchandising, etcétera». A raíz de esto «conoces gente, haces contactos y me ha permitido vivir experiencias increíbles, como estar en unos premios Grammy». Una de esas experiencias, además, es la de haber sido «quien llevó el primer concierto de los Ramones en China», por ejemplo. Algo de lo que se siente orgulloso.

Riu, que ha estado al otro lado de la barrera, sabe todo el trabajo que hay detrás de montar un festival, «algo que me enseñó Marky», y por eso «es algo que tengo clarísimo y aplico ahora».

Formato pequeño

Quizá por esto, Riu se empeña en «ofrecer a los artistas hacer cosas que no les dejarían hacer en otros lados», como, por ejemplo, en el caso de Martin Hederos, que «nos pidió un teclado del siglo XIX y lo pudimos conseguir gracias al Festival de Música Barroca de Pollença y al final le dio un toque muy chulo».

Sobre los cantantes y músicos, Riu explica que «se han ido encantados». En el caso de Persson y Hederos, de hecho, «se quedaron varios días más en la Isla y la recorrieron, se bañaron en Deià, y fueron a muchos sitios» y esa es, precisamente, la idea que Riu siempre ha defendido para el Contrast: «Algo pequeño, íntimo, nada de grandes filigranas. Como un festival de autor, quizá, en el que puedes traer gente que no está de gira, por lo que solo puedes verles aquí. A ellos, además, también les gusta así», explica en referencia a los invitados. Dicho de otra manera: «Si pudiera traer a los Rolling, por ejemplo, diría que no porque no es el formato cercano que buscamos».

A pesar de todo, Riu no oculta lo difícil que ha llegado a ser en algunos momentos poder tirar adelante el festival y comenta que «tuvimos que reinventarnos, que es una palabra que se usa mucho ahora y que quiere decir, básicamente, buscarnos la vida». Algo que ha aprendido de esos años girando por el mundo, con rutas inacabables desde Nueva Zelanda hasta Rusia con más de 40 horas de trayecto sin parar para llegar al escenario y tocar, porque «el que ha pagado una entrada en Moscú no le importa si has dormido bien o no». Con ese espíritu tan de Freddie Mercury de que ‘show must go on', Riu tiró de veteranía y experiencia y sacó el festival adelante. El éxito «ha sido el feedback de los propios artistas y del público. Parece que a la gente le gusta y eso es muy gratificante», comenta.

Ahora, con mucho tiempo por delante, ya está trabajando en la próxima edición de invierno en la que «me gustaría retomar un poco la idea original de juntar documentales y música», y también «estoy mirando ya para el verano que viene» con la seguridad y firmeza de la satisfacción del trabajo bien realizado y de «saber que parece que vamos por el buen camino», detalla el fundador del ContrastMallorca.

La clave del básquet

Riu cuenta que no solo sus años a cargo de las giras de Marky Ramone le abrieron puertas, sino que, curiosamente, su afición al baloncesto también lo logró. Por ejemplo, en el caso de Vernon Reid, Riu explica que entablaron aimstad muy rápido porque ambos «somos muy fans del baloncesto». Y no solo eso, sino que el básquet le ha permitido «agilizar el tiempo» con algunos artistas y mánagers, «enfilando mucho los temas».