El dramaturgo y guionista Xavier Uriz. | Jaume Morey

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En 1948, tras las atrocidades cometidas por el régimen Nazi durante la Segunda Guerra Mundial y con la sombra de la Guerra Fría cerniéndose sobre el mundo, un documento largo y vital fue redactado y publicado. Se trataba de la Declaración de los Derechos Humanos (DDHH en adelante), de la cual la gente «no sabe mucho». Lo explica el dramaturgo y profesor de filosofía Xavier Uriz, que ganó el Premi Ciutat de Palma 2016 con Noir y que el año que viene estrenará en el Teatre Principal Tanatología, bajo la dirección de la prestigiosa Marta Pazos. Uriz trabaja ahora en DDHH, obra con la que busca dar a conocer detalles de la intrahistoria que cristalizó en la solemne declaración y abordarla desde un punto filosófico.

Uriz se encuentra ahora en el final de la «etapa de investigación» y en breve espera «ponerme a escribir», aunque no oculta que «ficcionar este tema es algo complicado». Su objetivo es abordarlo desde la «narración histórica y el testimonio periodístico» para dar a conocer «quiénes eran los que elaboraron un documento tan importante».

Sugiere, asimismo, que «está bien enfocarlo históricamente porque los DDHH son la culminación de miles de años de progreso moral, con sus retrocesos, pero no deja de ser importante que nos lleve 3.000 o 4.000 años escribir este documento».

Además, «tengo ganas de abordar algunas contradicciones propias de los DDHH, como el papel del individuo frente a la comunidad». Mucha de la inspiración para esta obra viene de las clases de filosofía que imparte, las cuales son «el entorno natural para hablar de estos temas» y en los que detecta, en líneas generales y progresivamente, «un aumento del individualismo y de la meritocracia mal entendida», lo que pone de relieve la importancia de conocer derechos y deberes. Algo que corrobora Uriz por el hecho de que «muchos no somos conscientes de que somos titulares de estos derechos».

A pesar de todo, los estudiantes son «un desafío y una radiografía de nuestra sociedad» y explica que las clases le han «reconstituido y me han dado un montón de temas nuevos para escribir teatro».

Durante el verano, concretamente julio, Uriz planea «ponerme a escribir» y poder tener la obra lista para entregar en octubre, cuando debe presentar un proyecto para llevarla a escena cumpliendo así los plazos de las ayudas del Institut d’Estudis Baleàrics, de las cuales Uriz es beneficiario por esta misma obra.

Televisión

Uriz no solo ocupa su tiempo entre las clases de instituto y la investigación para DDHH, sino que también es el encargado, junto a Toni Lluís Reyes, de adaptar para la televisión la novela de Guillem Frontera Sicília sense morts, que produce Nova Producciones. Uriz cuenta, además, con un bagaje importante de «400 horas» de guiones para culebrones como Llàgrima de sang o L’anell, y explica que la adaptación está «casi acabada» y que ha sido «un trabajo muy cómodo y agradable» porque «yo me encargo de aplicar medios y fines para cambiar el lenguaje escrito al cinematográfico y es otro el que se encarga de pensar las cosas complicadas». Así pues, el «guion está listo y empezarán a rodar a finales de verano, en septiembre, más o menos, pero lo duro ya está acabado. Ahora solo queda rodarlo», anuncia.