La serie cuenta las vivencias del propio Padial en sus visitas a la consulta de Portuondo, un psicoanalista cubano afincado en Barcelona considerado una eminencia en su campo y de carácter, más bien, complicado. En los primeros episodios, que dejarán a los espectadores con ganas de más, se puede ver cómo el terapeuta echa de su consulta a algunos pacientes o parece ignorar sus problemas.
El propio Padial, que además de dirigir la serie es el autor del libro en la que se basa, detalló en el CineRívoli que más que adaptar la novela «ha sido una labor creativa y muy autodidacta». La ambientación, a su vez, ubica a los personajes en una ilusión de tiempos distintos, como si algunos vivieran en el siglo XXI y Portuondo siguiera en el XX. Padial hizo referencia a esto y detalló que «vive en un no-lugar porque no estaba muy interesado en el siglo XXI».
Irrealidad
Buscando esta sensación, los espectadores notarán «un aire de irrealidad, soñado e imaginado, que tiene que ver mucho con el recrear las sensaciones que tuvimos tanto yo como Carlos [de Diego] al ir a terapia». Esa misma recreación está tan bien lograda que «el mismo doctor da miedo porque parece el Portuondo de verdad».
El coguionista Carlos de Diego, que también tuvo contacto con el psicoanálisis de Portuondo, aprovechó para destacar que la serie «puede servir como terapia para la sociedad» e hizo hincapié en que «Portuondo te soltaba unas frases que se te quedaban y te decía que cualquier terapia es válida, incluso las terapias de mierda son abono para una terapia de verdad».
En este sentido, Padial extendió lo dicho por su compañero y apuntó al «timing» de la serie con la pandemia, que «nos ha afectado a todos», e hizo mención al hecho de que «el siglo XXI es el de la salud mental», por lo que poder «volver a Portuondo es un asidero. A mí, al menos, me cambió la vida».
Por su parte, Jorge Perugorría, que interpreta al enigmático, insufrible y, en cierto sentido, tierno Doctor Portuondo, confesó que «la serie tiene algo particular y la química de los personajes va creciendo capítulo a capítulo». Es ahí, en «esa evolución y el encuentro de los personajes», donde aparece lo «entrañable» de la historia. Además, Perugorría no dudó en considerar la serie como una obra «de autor».
Sobre el hecho de encarnar al «gruñón» psicoanalista, Perugorría explicó entre risas que «hay muy poco de mí en él», aunque le reconoce algo especial en «su entrañable amor por Cuba, algo en lo que he podido añadirle cosas personales porque he conocido a muchos cubanos que compartían en ese amor por la tierra».
Por último, el actor y cómico BertoRomero, que tiene un papel recurrente como uno de los pacientes neuróticos de Portuondo, comentó que «tengo un papel pequeño, pero muy divertido» y señaló que «me da igual lo que me proponga Carlo, siempre voy con él porque me asegura un viaje personal y artístico siempre». Finalmente, expresó entre risas sus «ganas de poder ver la serie porque todavía no me han dejado verla».
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Pero, ¿se sigue practicando el sicoanálisis, hoy en día, en el sentido estricto de la palabra?