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Pep Tosar (Artà, 1961) es uno de los rostros mallorquines más conocidos en el panorama audiovisual y de artes escénicas de nuestro país. Este viernes se estrena en cines Las leyes de la frontera, del también mallorquín Daniel Monzón. Además, Tosar es uno de los protagonistas de la serie de IB3 y Nova Producciones, Sicília sense morts, cuyo rodaje acaba de empezar en Palma. En la primera producción, Tosar interpreta a un comisario, un papel que conoce muy bien y al que está «acostumbrado» por las numerosas ocasiones en las que ha encarnado un personaje de este tipo. Por su parte, en Sicília sense morts se pone en la piel de un «columnista que trabaja en una investigación periodística».

¿Conocía a Daniel Monzón?
—No lo conocía personalmente. Nos conocimos en el rodaje. Nos entendimos a la primera. Es un tipo estupendo.

¿Qué le motivó a aceptar trabajar en Las leyes de la frontera?
—La historia que cuenta la película. Me recuerda al ambiente del barrio chino, en el Raval de Barcelona, cuando llegué a principios de los años 80. En definitiva, es una realidad que viví bastante de cerca y que me apetecía volver a recordar.

¿Qué puede avanzar sobre su personaje?
—Es un comisario de policía, un sujeto muy de la época, con vocación de orden pero fácilmente corruptible. En esa época me las tuve con más de uno.

En el cine, ha interpretado a comisarios en varias ocasiones, es un papel que conoce bien.
—Sí, estoy muy acostumbrado la verdad. Es muy diferente, en cambio, de los personajes que interpreto en el teatro. Más que diferente, contrapuesto.

¿Cómo fue el rodaje del filme de Monzón? ¿Hubo muchos imprevistos debido a la pandemia?
—Fue uno de los primeros rodajes en pandemia. Había unos vigilantes contratados que, en los descansos, nos obligaban a mantener las distancias de seguridad. Nos hacían pruebas todos los días, nos tomaban la temperatura y todo eso. Un verdadero coñazo, pero, al menos los días que yo estuve, no hubo sustos.

En estos tiempos de incertidumbre y de restricciones, ¿le supuso algún esfuerzo añadido trabajar en esta cinta?
—No. La pandemia ha cambiado las pautas de rodaje, pero no el trabajo de los actores. Es decir, las secuencias con relación física, como por ejemplo de sexo, peleas, etcétera, se hacían como siempre, aunque con una PCR previa, claro.

¿Cómo es su personaje de Sicília sense morts?
—Mi personaje es un columnista que trabaja en una investigación periodística.

Además de cine, ¿tiene en marcha proyectos teatrales?
—El pasado mes de julio estrenamos en el Teatre Principal de Palma El fingidor, nuestro espectáculo sobre Fernando Pessoa. El teatro se llenó de gente que aplaudió de pie. Fue una noche inolvidable. Parece que vamos a volver a finales de enero con El fingidor y también con Federico García, nuestro montaje sobre Lorca. Estamos muy ilusionados con esto.