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La escritora y directora de Catorze Eva Piquer (Barcelona, 1969) y la artista Eva Armisén (Zaragoza, 1969) firman el volumen Com abans de tot (Bridge), un libro en el que, siguiendo la estela de Evasions (Bridge, 2018), establecen un diálogo artístico «fusionando» sus respectivos universos. Han presentado el volumen esta jueves por la tarde en la Llibreria Lluna (General Riera, 39B), acompañadas por Maria Escalas.

Las dos Evas se conocieron, precisamente, a través del arte; concretamente, por Catorze, el magacín cultural digital que fundó en 2014 y que ha sido distinguido con varios galardones, entre ellos el Premi Nacional de Cultura 2018. Sin conocerse, cada 15 días, Eva Piquer enviaba a Eva Armisén un texto que la artista debía ilustrar. «Al principio era más sorprendente, aunque todavía me sigue sorprendiendo, pero no sabía por dónde me saldría. Era como una especie de regalo a ciegas», cuenta Armisén, todo un fenómeno en el panorama artístico asiático, especialmente coreano, y quien recuerda que su primera «exposición importante» fue justamente en Palma, en la Galería Joan Oliver ‘Maneu', en 1994, donde luego volvería en 2009 con Cuatro palabras.

Así surgió Evasions, un libro en el que, además de agrupar sus nombres e identidades, firmaban esa necesidad de evadirse, de alejarse un poco de todo. «Necesitábamos alejarnos de la realidad, de nuestro entorno», reconocen. Ahora, con la pandemia de por medio, el movimiento es el contrario: tocar con los pies en el suelo, en la tierra. Y con este propósito llegó Com abans de tot. «El proyecto se desarrolló entre 2018 y 2020, cuando todo se rompe. En este sentido, en el libro hay dos renacimientos. Por una parte, el renacimiento personal de la narradora y, por la otra, el renacimiento colectivo que perdura todavía en este repensarnos como sociedad. De ahí la necesidad de volver al paisaje, a nosotros mismos, de reconectar con la vida, con la forma de relacionarnos», detalla Piquer.

En este viaje interior, las ilustraciones de Armisén muestran, al menos en una primera lectura, un universo más naíf. Si bien la pintora acepta la apreciación, apunta que «hay algunos que son un tanto oscuros, depende también de la manera de acercarme a los textos de Eva e intentar conservar el espíritu». «Creo que, al final, nos hemos acabado fusionando bastante. No siempre coincidimos en todo, pero el objetivo, por mi parte, es ofrecer una visión extra con la ilustración, que no se quede simplemente en el texto, sino que tiene que amplificarlo, siempre sin cambiar el mensaje. Ahora que llevamos más tiempo trabajando juntas resulta bastante automático: al leer un texto suyo, me viene enseguida una imagen», matiza la artista.

Por su parte, algunos de los textos de Piquer, que entremezclan poesía y narración, reflejan mayor crudeza. La escritora puntualiza aquí que «no creo que ni las ilustraciones de Eva sean tan naíf ni mis textos tan oscuros», aunque reconoce que el periodo de confinamiento le afectó. «Al final, hablas de las cosas cotidianas, de las cosas pequeñas, porque son las que echas de menos cuando la vida se rompe y quieres volver a esa maldita rutina que tenías cuatro días atrás», aclara.

Asimismo, en Com abans de tot han intercambiado los papeles y, en alguna ocasión, ha sido Armisén quien ha enviado una obra a Piquer para que sea ella quien conciba un texto a partir del dibujo, del collage o la pintura. Y es que la artista confiesa que «con la pandemia, me autoimpuse crear a partir de objetos cotidianos, sábanas, dibujos pintados en ventanas…».